El vaso de Starbucks, Franco y la Khaleesi

Medio mundo habla del vaso de café tipo Starbucks que apareció olvidado en una escena de Juego de Tronos y muchos echan la culpa a Emilia Clarke, la Khaleesi, que ha pasado de ser la reina indiscutible, a la pirada del grupo que sin venir a cuento espolea a su dragón para que lance llamaradas colaterales hasta convertir a Desembarco del Rey en una pira. Miles de muertos, quemados y hasta petrificados por el capricho y la inquina contenida de la Madre de los Dragones que no se siente amada y encima ha descubierto que es la tía de su novio, Jon Nieve, el resucitado, candidato legítimo al trono y el más amado por su pueblo. La Khaleesi no parece estar satisfecha con todos sus títulos: Daenerys de la tormenta, de la casa Targaryen, Khalesi de los Dothraki, Reina de los Ándalos y los primeros hombres, Señora y protectora de los siete reinos, madre de dragones, la que no arde, rompedora de cadenas, y liberadora de esclavos. Todo eso y unas trenzas preciosas pero no es feliz: todos deberían esforzarse en hacer feliz a quien tiene una mascota como esa, pero no. El caso es que la ida de olla le hace enloquecer y vengarse contra todo bicho viviente, amigo o enemigo. A lomos de su hijo, Drogo el dragón, destruye la capital del poniente y ahora a ver qué pasa con el definitivo. Con el vaso y sin el vaso, la grandeza de la serie es innegable.

Y aquí seguimos recordando a Franco, ese hombre. Los niños del franquismo se conformaban haciendo colecciones de cromos, leyendo el Pulgarcito, el Capitán Trueno y otros tebeos cómo Roberto Alcázar y Pedrín. En muchos de ellos también se castigaba a los infieles: "¡Prueba mi cachiporra"’, exclamaba Roberto; "¡Encaja esto bribón!”, decía Pedrín mientras propinaba un puñetazo a un tipo con turbante.

Las guerras siempre son inhumanas pero hay que reconocer que los tiempos han cambiado; es bueno y bonito recordar y conocer para que algunos episodios no se repitan, pero hay que enterrar de forma definitiva a ciertos muertos en la historia. 

A ver qué pasa en la noche del domingo y en la noche del próximo domingo: hay muchos tronos en juego.

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