Ciudadanos predica pero no cumple con Europa | Lola Castro

Tiene un corazón Ciudadanos, que customiza habitualmente para las ocasiones electorales, que va cambiando de piel según el foro. En la parte inferior, se intuye una sonrisa provocada por una media luna dibujada por las estrellas de la bandera de Europa. A veces comparte espacio con el emblema español, otras con el catalán, pero siempre con una mueca europea.

Ciudadanos, por encima de todo, defiende la pertenencia y el espíritu de la Unión Europea, pero no lo practica. No lo hace cuando se impone vetos innecesarios ni cuando elige a cuestionados compañeros de viaje.

Albert Rivera va a tener que explicar en Europa, por qué se entrega a la extrema derecha de Vox -pidiendo el voto de los socialistas- y la vez se opone frontalmente a un pacto con el PSOE, partido europeo y constitucionalista.

Las campañas electorales siempre traen extrañas imposturas políticas. No hace mucho que Rivera y Sánchez tenían un acuerdo para gobernar, igualmente todavía tenemos en nuestra memoria la negación del líder naranja a la figura de Mariano Rajoy. Cuanto menos distraen estos virajes de Ciudadanos, que ama ayer y odia mañana.

A Bruselas le tiemblan los pies, ahora que se echa encima el 28 de Abril. Temen que la inestabilidad regrese a España en el momento que más se la necesita fuerte, para gestionar la salida del Reino Unido de la Unión. El amigo de Rivera, Emanuel Macron, sufre en silencio los desmanes de sus cercanos Ciudadanos, porque también sufren a la extrema derecha en Francia, no debe ser agradable para ellos estos coqueteos.

Ciudadanos es un partido con ambición desmedida, que se ve ya mismo gobernando. Hoy, las oportunidades le vienen por la derecha, porque está más cerca de echar el lazo al PP de Pablo Casado. Solo así se explica su descarado movimiento, que ha roto con el hilo narrativo de centro que en este tiempo nos estuvo vendiendo.

Lola Castro