¿Alguien quiere mirar a la cara de Aznar?

Cada mañana que amanece, el circo de la derecha nos ofrece una nueva función. En la de este jueves aparecen los dos cachorros, Rivera y Casado, lanzándose puyas en forma de chanza rebajando un poco más tanto el tono político como su credibilidad personal. Albert ofrece a Pablo un gobierno de coalición en el cada vez más hipotético caso de que ganaran las elecciones con el apoyo de Vox, gobierno que presidiría el líder de Ciudadanos. Casado le responde que vale, que en ese gobierno no sería Rivera el presidente sino él y que nombraría a Albert Ministro de Exteriores porque "llevaría mucho mejor la política contra las mentiras de México y las actuaciones de senadores franceses". Rivera le responde a Casado que vale, que él le nombraría Ministro de Universidades aludiendo a su inmejorable currículum. Casado llama a su padre político: José María, mira lo que me dice este. No te preocupes que voy yo a dejar las cosas claras. Y vuelve Aznar a la palestra para dar miedo con su cara, en eso tiene parte de razón. El mentor del nuevo PP echa de menos su bigote para atusarlo mientras medita la estrategia frente al avance de las tropas de Vox, hombres de bien que amenazan con pistolas la hegemonía de la derecha ultramontana. La estrategia es volver al centro pero no puede con su cuerpo y no se resiste a lanzar la bravuconada: “A mí, mirándome a la cara, nadie me habla de una derechita cobarde porque no me aguanta la mirada".

Ya es la frase de la semana.

Mirándote a los ojos juraría 
que tienes algo nuevo que contarme 
Empieza ya, Santi, si tienes huevos 
a decir "la derechita cobarde"...  pic.twitter.com/PyPG2UAyq4

— unmundolibre (@unmundolibre) 28 de marzo de 2019