Miguel Hernández, en Cubas, Alcalá y en Alcázar de San Juan al inicio de la Guerra Civil

A través de las cartas que Miguel Hernández envió a su prometida Josefina Manresa se aprecia la presencia del poeta en Madrid y en Castilla La Mancha al inicio de la Guerra Civil. La primera cita hace alusión a Talavera de la Reina, ciudad que el 3 de septiembre de 1936 cayó en poder de las tropas sublevadas en su marcha hacia la capital de España desde el oeste de la península, lo que posibilitó su posterior avance y que diversas fuerzas se dirigiesen a Toledo. 

Estos acontecimientos indujeron que Miguel Hernández se incorporase a filas el 23 de septiembre, siendo destinado al 5º Regimiento de Zapadores, Minadores, 2ª Cía., 3ª Sección. El poeta señalaría a su prometida que tuvo que salir el día 25 de septiembre por la tarde de Madrid precipitadamente hacia Cubas junto con otros doscientos hombres más y hacer fortificaciones “para no dejar pasar a los fascistas que hay en Talavera de la Reina”.

La primea labor desempeñada por el poeta en la Guerra Civil fue en Cubas de la Sagra, localidad que está situada al sur de la comunidad de Madrid y lindando con la provincia de Toledo. Además de cuestiones personales relacionadas con su estancia en Cubas, en sus cartas contaría algunos hechos relativos a la contienda, como que desde allí veían pasar los aviones para Toledo y que se oían los estampidos de las explosiones y de los cañonazos. 

Tras un breve descanso debido a una infección en el estómago, Miguel Hernández se reincorporó a filas, precisando a primeros de octubre en otras cartas que recorría diversos pueblos de la provincia de Madrid con motivo de su segunda misión en la Guerra Civil como Comisario de Cultura dentro de la 1ª Compañía del Cuartel General de Caballería del Batallón de El Campesino. 

Las cartas posteriores que se conservan estaban emitidas en el mes de diciembre de 1936 desde Madrid. Miguel Hernández recordaba en la fechada el día 16 su reciente viaje a Alicante para desplazarse seguidamente a Cox y Orihuela con motivo de un corto permiso que pudo conseguir para visitar a su prometida. Asimismo, indicaba a Josefina Manresa que a su regreso almorzó y comió con su tío José y toda su familia en Alcázar de San Juan. En la carta daba detalles de su estancia en esa localidad e indicaba que se había reído mucho cuando su tío le contaba que su mujer se metía debajo de la cama al oír el ruido de un aeroplano. 

Asimismo, Miguel Hernández señalaba a su prometida que había estado varias veces con su otro tío Juan y su familia en Alcalá de Henares, reseñando que había dejado en ese último viaje varias prendas para que se las lavasen y que ya pasaría otro día a recogerlas. En otra carta posterior, el poeta decía que había regresado a la capital a nuevos asuntos relacionados con su labor como Comisario de la Cultura y que había vuelto a ver en Alcalá a sus tíos y primos, lo que pone de manifiesto su presencia continuada en la ciudad de Cervantes una vez que se instaló en Madrid.

Las previsiones del poeta de llevar a Madrid a su prometida no se cumplieron. Aunque la boda civil con Josefina Manresa se celebró en Orihuela el 9 de marzo de 1937, su compromiso con la Segunda República le llevó a una mayor implicación en una guerra contra el fascismo y a los pocos días tuvo que marchar al frente de Jaén.

Sus siguientes actuaciones, algunas tan notorias como su asistencia en elverano de 1937 al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura en Valencia, le alejaron de sus visitas a Alcalá de Henares, donde en marzo de 1937 hubiera podido conocer a Fernando Jiménez de Gregorio que había sido trasladado a esa ciudad como Miliciano de la Cultura de la Novena División, aunque pudo haber visto con anterioridad a otros insignes personajes relacionados igualmente con Talavera, como los médicos Ugena y Fernando Más allí destinados. A este último Jiménez de Gregorio le mostró su agradecimiento en sus memorias por la ayuda que le había prestado en Alcalá, recordándome igualmente su destacada labor como comandante médico una vez que hablamos de este asunto.

Julio Fernández-Sanguino Fernández