Girauta estrena su gentilicio de toledano | Lola Castro

Seguramente Juan Carlos Girauta no pueda ni votarse a sí mismo porque su empadronamiento en la ciudad de Toledo no ha entrado en plazo para formar parte del censo para las Elecciones Generales del 28A, pero el candidato de Ciudadanos por la capital ya habla como un toledano más, incluso como un castellano-manchego.

Tampoco ha tenido que estudiar ni leer mucho, para lanzarse a hablar del trasvase del Tajo al Segura porque es de las polémicas más mediáticas en la región y es posible que entre tanto lío del Independentismo, pudiera haberse colado alguna foto en TV3 de los consumidos embalses de la Cabecera del Tajo.

Sin complejos, y como “nuevo toledano” ha tildado de "bueno y aleccionador" que la sentencia del Tribunal Supremo (TS) que anula el Plan Hidrológico del Tajo responda a acciones judiciales emprendidas por asociaciones medioambientales y municipios afectados y no de "ningún gobierno ni administración". En la opinión del “paracaidista” Girauta, “España merece un Plan Hidrológico Nacional que no solo contemple la demanda de agua sino el mantenimiento de las cuencas y que éstas presentan, en lugar de una idea de mínimos o de demanda, el cauce ecológico”. Sin embargo, lo que hoy celebra el candidato es todo lo contrario a lo que sus compañeros de Murcia aplaudían no hace un año, los cuales secundaban la política trasvasista del Gobierno de Mariano Rajoy y la amparaban en el “cumplimiento de la legalidad que rige a través de las normas de explotación del acueducto”.

Las opiniones cambiantes de aquí y de allá de Ciudadanos, forman parte de la transversalidad y metamorfosis de sus candidatos, que ayer defendían una cosa y hoy nos cuentan otra. De aquí beben también sus sonados fichajes y cuestionados procesos de primarias, resultado de los quita y pon a los que se está dedicando Albert Rivera, que nos vino hace unos años a vender la nueva política.

Vayan con mil ojos a las oficinas postales, que no será difícil encontrar a uno de Ciudadanos pidiendo el voto por correo después de tantas mudanzas y cambios de domicilio –también familiar-.

Lola Castro