Albert Rivera, cuestionado como líder de Ciudadanos

A muchos de los fundadores y seguidores de Ciudadanos no les están gustando las decisiones de Rivera y han empezado a cuestionar su figura como líder. El motivo principal es el apoyo de Vox de un partido que llegó como un aire fresco, socialdemócrata de centro, alternativa a la corrupción en el Partido Popular. Muchos de sus militantes vieron con mejores ojos el anunciado pacto con el PSOE para gobernar con España que el pacto con PP y Vox para gobernar Andalucía. Tampoco se entiende que Rivera haya decidido orientar toda su acción política al tema catalán debido a los buenos resultados electorales de Arrimadas pero esta polarización extiende la idea de que Ciudadanos no está capacitado para ejercer una amplia acción de Gobierno y que le interesa electoralmente el conflicto más que su solución.

Tampoco están gustando algunas decisiones sobre listas electorales. Hemos visto en Castilla-La Mancha cómo nacía como política y trabajaba en la actual legislatura la alcarreña Orlena de Miguel. Era, por su carisma y su forma tranquila de abrirse paso, una política bastante apreciada y apenas cuestionada. No se entiende que aparten de pronto, sin más explicaciones, a una mujer que ha hecho una buena oposición al gobierno y que se había convertido en un buen referente de Ciudadanos en Castilla-La Mancha durante los últimos cuatro años. 

La primera idea de Rivera fue presentar al catalán Juan Carlos Girauta como candidato a la presidencia de la Junta de Comunidades de nuestra región. Era un paracaidista más de los que suelen presentar los partidos que no valoran a los políticos de la tierra y deciden enviar a otros que no la conocen y que no han trabajado en absoluto por ella. Luego, al convocarse las generales, Rivera decidió que Girauta fuera número uno al Congreso por Toledo. Con un tono bastante agresivo, este martes, Girauta explicaba en el Congreso de los Diputados que se ha venido a Toledo porque no soporta más a los separatistas catalanes. Tampoco tuvo que soportar a los socialistas cuando se pasó al PP tras militar en el PSOE pero luego tampoco soportó al PP cuando se pasó a Ciudadanos. Esperamos que soporte ahora a Castilla-La Mancha una tierra siempre acogedora aunque sabe valorar a quienes llevan años trabajando por ella.

Un buen político no debería tirar la toalla por resolver los problemas de su propia tierra antes de apartar a los políticos que conocen y han trabajado por los problemas de la suya. A no ser que a Girauta le interese también mantener lo más vivo posible el enfrentamiento en Cataluña y obtener de él el máximo rendimiento electoral apostando al tiempo por el PP y por la ultraderecha de Vox. 

Con estas y otras decisiones, el proyecto de Ciudadanos y la figura de Rivera se desdibuja como opción de gobierno y de liderazgo.

elObservadorDCLM