Lo que al Gobierno no le han dejado hacer

Hace nueve meses teníamos un país decepcionado, testigo de cómo su presidente de Gobierno era citado en los juzgados a la sombra de la corrupción. El partido del Gobierno condenado por el mismo delito. Los independentistas catalanes subidos en el tren de la consecución de un objetivo imposible. Aplicación del artículo 155 en Cataluña y la ineficacia del mismo responsable y partido para solucionar el conflicto independentista por falta de diálogo. Paro, recortes sociales y desahucios de vivienda terminaban de aderezar la gestión del Partido Popular en un país cansado de sobresaltos y elecciones. 

Pedro Sánchez llegó a la Moncloa a través de un mecanismo legal del que dota la Constitución a los ciudadanos españoles, la moción de censura constructiva. Es decir, proponer una alternativa real y efectiva al gobierno censurado. Instrumento que requiere la aprobación de la cámara que representa la soberanía nacional, es decir, el pueblo español.

En esta situación Pedro Sánchez se convierte en presidente del Gobierno y comienza la lluvia de mentiras e imprecisiones, a cual más disparatada: "Ha derrocado a Mariano Rajoy", "Es un golpe de Estado", "Okupa", "Presidente ilegal", y un sinfín de barbaridades sin parangón por lo que representa como falta de respeto, no a Pedro Sánchez ni al PSOE, sino a las instituciones en su conjunto. Al Congreso de los Diputados, a la Constitución y al Gobierno.

Pedro Sánchez asumió su mandato, con el objetivo de mejorar la situación de los ciudadanos en aquel momento. Algo que a pesar del poco tiempo ha podido verse hecho realidad en una serie de medidas. Cumplió su palabra al decir que seguiría siendo presidente mientras pudiese mejorar la situación económica y social, y así ha sido hasta el día de hoy. 

La primera dificultad llega con una mesa del Congreso compuesta por PP, C´s, CUP como frente común y frontal al presidente del Gobierno, con 7 diputados, frente a los 2 socialistas. La Mesa impide las modificaciones a las leyes dictadas por el anterior Gobierno, como la reforma laboral o la ley mordaza, y provoca que se queden durmiendo en algún cajón del Congreso el sueño de los justos, aunque parezca una paradoja. 

Los presupuestos sociales se han echado abajo por los mismos grupos políticos, aunque no se entienda muy bien que quien aplicó rígidamente el artículo 155, sin encontrar solución al problema catalán,  vote lo mismo que aquellos a los que se les aplico este mismo artículo, que hoy están siendo juzgados, mientras otros desde lejos contemplan el panorama político, entre conciertos y comparecencias en mansiones de lujo y moviendo los hilos de lo que se impone o no se impone al pueblo español, para arrebatarles un pedazo de su soberanía. 

Es difícil de entender que quienes se oponen a la aplicación del 155 voten lo mismo que quienes pretenden perpetuar el artículo 155, pero así es en este extraño juego de política que algunos novatos se empeñan en defender como expertos. 

Ahora podrá decir la derecha que su concentración del pasado domingo fue un éxito. Que Sánchez ha fijado la convocatoria de elecciones por ello y que ganarán las próximas, pero la realidad es que el presidente del Gobierno afirmó el día que tomó posesión que seguiría gobernando mientras pudiese mejorar la situación del país. Lo repitió en todas sus intervenciones. Hoy ha venido a decir a los españoles que es imposible seguir tomando decisiones de gobierno con las manos atadas, porque realmente la clave de la convocatoria de las elecciones, no es el triunfo de VOX, ni el peligro que tiene su entrada en las instituciones. No es que Pablo Casado avance positivamente en política con su cúmulo de descalificaciones, mentiras, insultos y machismos. Ni siquiera que Albert Rivera siga colocándose bajo la sombra que más le convenga, en el momento apropiado. La realidad de la convocatoria de elecciones, la clave del día de hoy es "lo que al Gobierno no le han dejado hacer".

elObservadorDCLM