Omitir el deber de socorro para viralizar una imagen

Las primeras imágenes aparecidas de la explosión de París, en la que perdió la vida Laura Sanz, fueron las tomadas con un móvil dentro del hotel Mercure Paris. En ellas podíamos escuchar con nitidez y en castellano la voz de un hombre que pedía ayuda, mientras sujetaba entre sus brazos a una mujer que se encontraba inerte sobre la cama.  

La mano que sujetaba el teléfono móvil y que recogía las imágenes de la explosión al contemplar la escena se da la vuelta ignorando la petición de ayuda del hombre, pero sin parar de grabar el dantesco escenario.

No es la primera vez que se da esta situación. En la retina quedaron los atentados de Las Ramblas en Barcelona e incluso el de Londres. Miles de ojos graban con sus móviles sin mover un solo dedo en favor de los heridos que están demandando ayuda, una ayuda en muchas ocasiones de vital importancia. 

Metidos en esta selva de redes sociales, los escrúpulos a veces desaparecen solo por coger la imagen, captar el momento y para conseguirlo da igual el sufrimiento ajeno, porque lo importante es hacerse viral en Internet. 

Olvidan esas mentes enfermizas que con este comportamiento están cometiendo un hecho penado jurídicamente, la "omisión del deber de socorro", tipificado en el artículo 195.1 del Código Penal español, donde se establece que será castigado quien no socorriera a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiera hacerlo sin riesgo propio ni de terceros.

La grabación de este tipo de imágenes es una mala acción que encuentra complicidad en quienes la difunden una y otra vez y las convierten en virales. Imágenes que pueden durar un par de segundos, que pueden incluso no ser nítidas, pero que merecen el respeto a quienes se encuentran en ellas y que seguramente no han dado su consentimiento para la difusión de las mismas. 

Esta es una de las quejas del padre de Laura Sanz y razón para ello desde luego no le falta. 

Paloma Moratilla