Cuando Aznar era "falangista independiente" y vapuleaba a la Constitución

Eran los tiempos en los que un joven de 26 años, de nombre José María Aznar, detestaba a la UCD, mientras se declaraba un falangista independiente y escribía artículos en La Nueva Rioja, descargando su furia no solo con el partido de Adolfo Suárez, sino incluso contra el origen del partido con el que gobernó España años más tarde y del que llegó a ser candidato, pero entonces se llamaba Alianza Popular.

Aznar entraba dentro de ese bloque de personas que definía como "traidores al régimen" tanto a Fraga Iribarne como al propio Suárez. Afirmaba rotundo en febrero de 1979 que en la elaboración de la Constitución española de 1978 "el consenso ha provocado un efecto fulminante, cuál es el de la desconfianza en una enorme masa de españoles, en el buen funcionamiento del sistema democrático". Es aquí donde surge su primera paradoja, porque el referéndum constitucionalista tuvo uno de los mayores índices de participación, con un 67,11%, de los que el 91.82% votaron a favor de la Carta Magna.

Sus escritos, en los que azotaba y vapuleaba el texto constitucional, ha tenido que digerirlos durante todo este tiempo, para convertirse ahora en uno de los defensores a ultranza (con la boca pequeña) de la Constitución española de 1978; pero cuando la Carta Magna estaba recién nacida, es decir en el momento en el que era más vulnerable y los francotiradores vestidos de golpistas acechaban como quien acecha a la presa, durante esa etapa no cesó en su intento de echar por tierra la Carta Magna.

ESTADO AUTONÓMICO: "UNA CHARLOTADA INTOLERABLE"

En julio de ese mismo año volvía a la carga con el consenso de los políticos de la época, tan reclamado en los últimos años, y escribía "La Constitución fue aprobada, sin debates relevantes, en grandes bloques sobre los que existía un previo acuerdo. Si ya había acuerdo ¿de qué sirve el debate? Este fue el primer atentado al Parlamento", palabras suscritas con su nombre y apellido, para no dejar lugar a la duda. Su criterio sobre el Estado autonómico era contundente: "En lugar de concebir un Plan serio y razonable de la organización territorial de España, se ha montado una charlotada intolerable que ofende al buen sentido..." (La Nueva Rioja. Mayo 1979).

Ha llovido mucho desde entonces y ahora José María Aznar es más patriota que nadie y defiende la bandera y la Constitución como el que más. Debe ser porque las cosas cambian, o porque algunos se mueven en función del viento como las veletas.

CATALUÑA, SEGUNDA COMUNIDAD QUE DIO MAYOR RESPALDO A LA CONSTITUCIÓN 

También en Cataluña existe una segunda paradoja, o un nuevo viento de veleta. Cataluña fue una de las comunidades autónomas que mayor respaldo prestó a la Constitución en el referendum de 1978 (Barcelona el 91%, Tarragona 91.7%, Lérida 91.9% y Gerona el 90.4%), a pesar de que hoy en Cataluña se reniegue de ella. Tan solo Esquerra Republicana se mostró ya en entonces contraria. Posición que mantiene hoy en día.

Tal vez sea necesario que pasen unos años más y tengamos que sufrir algún Gobierno de la extrema derecha, para que se vuelva a producir una paradoja, o tal vez simplemente se vuelva a ejercitar el consenso en el Parlamento que permita un acuerdo entre todas las fuerzas políticas de hoy. Al fin y al cabo, fue mucho más difícil poner de acuerdo a Manuel Fraga con Santiago Carrillo, impensable en aquel momento, pero fueron capaces de llegar al consenso y ahí están los resultados. 

Desde que Felipe González dijera aquello de "OTAN no. Bases Fuera", para unos meses después afirmar "OTAN, de entrada Sí", han sido muchos los políticos que se han contradicho en sus discursos. En este caso de la OTAN, menos mal que la segunda era la correcta, para asegurar la entrada de España en la Unión Europea y hacer frente al miedo al fascismo y a los alzamientos que permanecían en la mente de algunos.

Lo que los políticos no deberían olvidar jamás, es que el consenso siempre beneficia a los ciudadanos mucho más que la intransigencia y la intolerancia.

DCLM