La España del revés | Lola Castro

Este miércoles se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Es verdad que esta fecha nos puede inducir a pesar en lo mal que andan en África, en Asia o en Latinoamérica los países del Tercer Mundo con falta de alimentos y continuos conflictos civiles, pero la pobreza se mide en muchos parámetros y tiene muchas aristas.

Precisamente esta semana, hemos conocido el '8 Informe de Seguimiento del indicador de riesgo de pobreza y exclusión social en España 2008-2017', elaborado con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Éste arroja una cifra escalofriante: más de 12 millones de españoles sufren la pobreza. La letra pequeña nos pone frente al espejo: el 61% de las personas empobrecidas es adulta, el 56 % tiene estudios medios, el 13,8 %, estudios superiores y el 33 % tiene trabajo.

Con esta fotografía no podemos detenernos en contemplarla, ni nosotros ni el ejecutivo que nos gobierna. Los planes del PP con Mariano Rajoy en la Moncloa pasaban por precarizar el empleo y apostar por la receta europea de la austeridad. Hoy, después de años de brutales recortes, el nuevo Gobierno socialista va a Bruselas a decir que se acaba el austericidio (pero el Congreso tumba la senda de déficit) y propone un presupuesto para 2019 que, entre otras cuestiones, introduce una subida del salario mínimo hasta los 900€.

Tras haber experimentado España las políticas regresivas en el empleo, y con los datos que se desprenden del Informe, ¿quién puede dudar de que ya es hora de subir salarios, especialmente el mínimo, para dignificar el empleo? Pues el Partido Popular y Ciudadanos. Por un lado Pablo Casado, que se ha aficionado a poner verde a España en la Instituciones europeas y va pidiendo a la Comisión que tumbe –que no se sabe cómo- esta subida salarial, un tema interno de cada estado. Por otro, está Albert Rivera que en 2008 llevaba en su programa electoral el elevar el Salario Mínimo Interprofesional a los 1.000€, pero que ahora que ya se ha hecho un hueco nos cuentan que los 900€ "atentan contra la clase media trabajadora".

Todo este debate se produce tan solo cinco días después de los golpes en el pecho y las izadas de banderas de España. Poco orgullo nos produce que más de 12 millones de españoles sufran la pobreza, y que nuestros jóvenes titulados no sean capaces de llegar a fin de mes. Hay a quien le interesa que España siga involucionado mientras los países de su entorno la pasan por encima.

Lola Castro