El bar-museo del franquismo en Almuradiel (Ciudad Real), en auge por la exhumación del "Caudillo"

Quienes hacen la ruta del sur de España, a través del paso de Despeñaperros, conocen Casa Pepe, un bar de carretera ubicado en Venta de Cárdenas, pequeña localidad perteneciente al municipio de Almuradiel (Ciudad Real)  que, durante muchos, años vio como era atravesada por la Nacional IV y que hoy en día, a pesar de la variante que evitó el paso del enorme tráfico que alberga esta carretera, sigue estando tan accesible para el viajero como si de un área de servicio se tratara.

Casa Pepe es conocida en toda España porque se exhibe como un bar temático del franquismo, que lleva funcionando mucho antes de que el marketing o el posicionamiento comercial conociera de este tipo de establecimientos. Juan Navarro, la segunda generación al frente de local y fallecido en 2013, era simplemente un señor muy “facha” que decidió dedicar la decoración del bar al dictador, con toda la parafernalia franquista que uno pueda imaginarse.

A nuestra vuelta de Andalucía, hacemos una parada para curiosear, al comprobar que el aparcamiento del establecimiento se halla a rebosar de vehículos, casi todos de alta gama y que la terraza situada en su parte frontal, donde barriles pintados con la bandera de España hacen la función de mesas altas, está muy concurrida.

Pensamos, con toda lógica, que la reciente polémica suscitada por la exhumación de los restos del dictador que ha impulsado el actual gobierno socialista, tendría muy exacerbados los ánimos de los nostálgicos del “Régimen”.

Nuestra visita comienza con la visión de una pareja de la Guardia Civil apostada sobre uno de los barriles “nacionales” tomando algo cuyo contenido no quisimos indagar. La sonrisa se nos esboza en los labios porque no hay imagen más evocadora de otros tiempos que esta para comenzar nuestra experiencia de usuario de bar facha.

No nos equivocamos en nuestra percepción de que el asunto del Valle de los Caídos iba a traer cola en este altar gastronómico erigido en torno a la figura de Franco y José Antonio Primo de Rivera. Entras por la puerta y en la parte alta de la barra ya te encuentras con el cartel de “El Valle no se Toca”, con la enseña del establecimiento patrocinando la proclama.

UN GRAN NEGOCIO MONTADO EN TORNO A LOS SÍMBOLOS DEL FRANQUISMO

El bar-restaurante es un gran negocio montado en torno a los símbolos del franquismo, el falangismo y la figura de Franco. Todo tipo de productos como vino, queso, aceite, dulces etc.. están a la venta con la imagen del dictador, el yugo y las flechas, la bandera de España, el escudo del Águila, con la marca “Casa Pepe”. Inmediatamente uno piensa con envidia que esto en su chollo, porque cuesta trabajo pensar que la explotación de estas imágenes que, desgraciadamente, todavía suscitan seguidores en este país, conlleve algún tipo de pago de derechos. Es como si pudiéramos usar la imagen de un famoso para la comercialización de nuestros productos sin pagar nada por ello.

Necesitamos saber cómo ha repercutido en el negocio la entrada en primera plana de la actualidad de la ya lejana figura de Franco. Preguntamos a los camareros, que todo hay que decirlo, se les ve enormemente profesionales. Son reacios a contestar, pero uno de ellos nos reconoce que efectivamente hay más movimiento con “el tema del Valle de los Caídos”.

UN CLIENTE LANZA EXABRUPTOS CONTRA PEDRO SÁNCHEZ

Se une a nuestra conversación de barra un cliente que empieza a lanzar exabruptos contra Pedro Sánchez, muy en la línea de los argumentarios de la derecha, a saber, okupa, incapaz, inútil y otros más atrevidos como rojo de m..

De todas maneras, Pedro Sanchez aún no tiene un lugar de honor como anticristo en esta capilla, son tan exitosos los carteles ridiculizando a Zapatero, el gran demonio de Casa Pepe, y a sus ministras Pajin y Aido, que aún no han dejado lugar en sus paredes a los nuevos gobernantes socialistas.

Muchos clientes graban en video con sus tablets y smartphones el increíble espectáculo que ofrece la galería de fotos, imágenes, banderas y productos “adaptados” que se encuentran en exposición.  En algunos se percibe que se trata de meros curiosos, sorprendidos porque exista algo así. Pero la mayoría entran a tomar un refrigerio con contenido regocijo, “a sentirse libres de lo políticamente correcto”, como nos dice un cliente con el que entablamos conversación, fingiendo por supuesto, afinidad ideológica. Le pregunto por la solución que pueda tener este sindiós que estamos viviendo en España. La respuesta es tópica, la clase política esta podrida. ¿Y a quien votamos? pregunto yo. Se me ocurre deslizar que VOX es quien mejor nos representa, él, sin embargo, me espeta que soy poco práctico, y me confiesa que lo mejor para recuperar el poder y que las cosas estén en su sitio, es votar al PP, confía en Pablito, Casado por supuesto.

 El bocadillo de jamón estaba exquisito. 

DCLM