¿Qué pretende una encuesta?

En un mundo en el que impera la necesidad de medir y cuantificarlo todo para poderlo controlar, nos perdemos todos los días en un mar de números y cifras procedentes de estudios y encuestas que pretenden decir cómo es y se llama ese todo que sumamos cada uno de nosotros.

Hoy vivimos en la impaciencia de predecir el futuro en base a esas encuestas y sondeos que, aparte de querer informar sobre una foto fija de un momento concreto, busca condicionar el pensamiento tratando de acercar las posiciones ciudadanas a los porcentajes mayoritarios.

Es verdad que estos estudios de opinión nos sirven para organizarnos e incluso para analizar ciertas tendencias, por lo que podemos apoyarnos en ellos siempre y cuando tengamos presente que no son datos científicos, sino que parten de la opinión cambiante de una persona, que se integra en una muestra que se presupone representativa. Pero esa representatividad a menudo difiere de la realidad, por la instrumentalización que ahora se hace de estas herramientas de conocimiento sociológico.

La guerra de encuestas de medios de comunicación y administraciones que hemos vivido en los últimos procesos electorales, con números muy alejados a las urnas, no han ayudado al prestigio y credibilidad de estos sistemas de medición, que habitualmente son cuestionados por su procedencia. Es lo que llamamos “cocina”: estrujar y apretar los números de un estudio para que termine diciendo lo que quiere que diga la administración que lo encarga.

Este domingo el Alcalde de Azuqueca de Henares, José Luis Blanco, era valorado por una encuesta de la ciudad como el líder mejor valorado. El CIS daba al PSOE de Pedro Sánchez una victoria holgada en unas ficticias elecciones generales. ¿Ha cambiado vuestra opinión?

ElObservadorDCLM