La "renovación" del PP en Castilla-La Mancha

Es todo un reto para la reflexión y el entendimiento analizar como el diputado regional ha llegado a ser, de golpe, el candidato que más suena para la presidencia del Partido Popular en la región y casi con toda seguridad candidato a la presidencia de Castilla-La Mancha, dejando relegados a un segundo plano nombres que han estado sonando de forma constante los últimos días. La salida previa de Vicente Tirado de una forma tan fulminante y tan de última hora hacía intuir una propuesta cercana a la realidad.

Ante la madurez de Guarinos, Robisco o Riolobos. Ante la calma que da la edad de Cañizares o Tirado, se alza Francisco Núñez con el triunfo y el apoyo de la líder indiscutible, Cospedal, porque reúne dos requisitos indispensables en este momento para el Partido Popular que se ha propuesto mimetizar los éxitos de sus rivales. Esos requisitos son ser hombre y tener juventud, aunque su dialéctica sea penosa, sus formas burdas y ordinarias, sus dotes de orador estén escondidas en un recóndito lugar del mundo y su trayectoria política sembrada de dudas con el "Gibacars" o el "Chalet de Fontecha" , eso sí con la alargada sombra de Cospedal por detrás. Aún antes de votar los militantes, los ciudadanos ya sabemos quién será el candidato a las elecciones autonómicas de 2019, porque ya lo ha dicho Cospedal y esa es su forma de hacer la renovación interna.

Se hace por tanto necesario analizar cómo se ha llegado a esta situación y para ello recurrir la tan traída y llevada RENOVACIÓN POLÍTICA en el paisaje nacional.

LA IRRUPCIÓN EN PODEMOS POR LA RENOVACIÓN DE LA IZQUIERDA CABREADA

Los militantes de izquierdas, aglutinados por el inmovilismo dentro de las cúpulas de los partidos, lanzan la primera idea que nace cuando surge de la nada Pablo Iglesias para elaborar, con una buena dialéctica, el mensaje de la gente del pueblo y tratar de ser el altavoz de los ciudadanos a los que se había dejado de escuchar. Se convirtió en la bandera del cabreo ciudadano. Creó un nuevo partido que rompió la monotonía de un Gobierno al que se le había condenado a pasar el examen permanente de la ciudadanía por su permanencia en el tiempo. El miedo a lo desconocido no permitió otorgar la "vara de mando" a ese grupo que llevaba la esperanza en su mensaje "Podemos" por lo que se sometió a los ciudadanos a un calvario aún mayor del que se venía viviendo, cuando se otorgó la confianza al Partido Popular en la persona de Mariano Rajoy para retroceder en derechos sociales y recuperación económica hasta casi los tiempos de la dictadura.

LA IRRUPCIÓN DE CIUDADANOS POR LA CORRUPCIÓN DE LA DERECHA

De forma paralela, la derecha se revela igualmente ante el olor a naftalina que desprendían las acciones del PP, los sacos de corrupción que arrastraban sobre sus espaldas  y  de forma sorprendente, otro joven, Albert Rivera que, con una campaña de marketing rompedora, consiguió llamar la atención de la ciudadanía ante unos carteles en los que el candidato aparecía desnudo. Estos se hicieron llamar "Ciudadanos". 

La conjunción de estas dos fuerzas políticas sacudió considerablemente la mente de los españoles, porque aún sin un pacto previo entre ambas formaciones estaban lanzando un mensaje subliminal al conjunto de la ciudadanía "Ciudadanos Podemos", que confundió a muchos pero centró las mentes de unos cuantos, que entendieron que había llegado el momento en el que era necesario replantearse todo aquello que tuviera un cierto olor a política, desterrar lo innecesario, pero sobre todo limpiar de enchufismo, malas artes y corrupción algunos escenarios. 

LA RECUPERACIÓN DE LAS IDEAS EN EL PSOE

El Partido Socialista inició una profunda reflexión donde se comenzó a hablar de renovación. Eran necesarios los cambios. La reflexión en el Partido Socialista  arrojaba la necesidad de llegar a la renovación, independientemente de la edad de los candidatos, a través de nuevos planteamientos adaptados a los tiempos actuales, para hacer frente a la epidemia de corruptelas repartida por toda la geografía española por el Partido Popular. Era necesario introducir en la línea ideológica conceptos nuevos y ajustar a los nuevos tiempos los tradicionales. La militancia socialista decidió que sería Pedro Sánchez quien en pleno uso de redes sociales, lenguaje clarividente y rebosante de savia nueva capitanease su barco aún en contra de lo decidido por la cúpula del partido. Sánchez lanzó un ideario en el que no bullían los nuevos conceptos, sino la recuperación del espíritu de 1982 y de esta manera consiguió llegar a la Secretaría General del Partido.

LA RENOVACIÓN DEL PP

Durante unos meses coexistieron en los atriles, los micrófonos y los despachos Sánchez, Iglesias y Rivera ante la mediocridad inactiva de Mariano Rajoy. En ese momento se desvirtuó el planteamiento de la "renovación" que creó la sensación, en el exterior de la vida política, que cualquier jovencito bien parecido y con ganas de dar guerra podría ser un buen candidato a presidente de Gobierno. El Partido Popular, siempre a la cola en las innovaciones, llegó a su Congreso nacional con varios candidatos, dos de ellos en torno a la treintena y Cospedal, porque era necesario para seguir el camino de la "renovación" de la imagen del PP en aquel momento. Los populares otorgaron su confianza al pupilo de Aznar, que es lo mismo que volvérsela a otorgar al que fuera presidente del Gobierno en una etapa de mayor expendedor para esta formación política, aunque curiosamente coincidiera con la de mayor corrupción. Así llegó a la presidencia del PP un Pablo Casado lleno de interrogantes sobre su nivel académico, con un curriculum con serias dudas en la obtención de sus títulos, defendiendo situaciones que ningún estudiante universitario puede creer para intentar demostrar que está hecho de otra "pasta" y dotado de una capacidad divina para el aprendizaje. 

Con todo este análisis tal vez es más fácil entender las razones que han llevado a Francisco Núñez, mediocre diputado regional, a ser el candidato elegido por María Dolores de Cospedal. Todo hace pensar que se repite la situación y que por segunda vez Cospedal señala con su dedo ejecutor. La diputada por Toledo decidió quien sería el presidente nacional del PP, al tiempo que se vengaba de su enemiga Santamaría que había conseguido mayoría de votos de la militancia. Esta vez Cospedal decide directamente quien será su sucesor en Castilla-La Mancha, a pesar de la fidelidad mostrada por Vicente Tirado durante todos estos años. 

DCLM