Pacto de perdedores

Durante los últimos tres años, los diferentes portavoces del PP de Castilla-La Mancha han repetido hasta la saciedad, en multitud de ruedas de prensa, que el pacto de Gobierno entre el PSOE y Podemos de Castilla-La Mancha era “un pacto de perdedores”. No solo eso, también han estado con el martillo pilón de frases similares como “el pacto de los sillones”.

Se referían a las elecciones de 2015 que ganó el PP en votos pero, sumando los escaños de PSOE y Podemos, el Gobierno fue finalmente presidido por Emiliano García-Page. Un pacto, por supuesto, dentro de la normativa y sin más que objetar que una murga permanente que ahora se ha vuelto en su contra.

Porque el PP lleva también años pidiendo que, tras las elecciones, debería gobernar siempre la lista más votada, es decir que, según ellos, tendríamos ahora mismo a Cospedal de presidenta de Castilla-La Mancha y no a punto de refrendar un pacto de perdedores.

Soraya Sáenz de Santamaría fue la ganadora de las primarias en el PP, por delante de Pablo Casado y María Dolores de Cospedal. Pero ahora, en ese extraño sistema que han inventado, celebran una segunda vuelta en la que ya no deciden las menguadas bases del PP. Ahora deciden los compromisarios, que son los que se comprometen con los candidatos por expresarlo de alguna manera.

Aunque Cospedal y Soraya son del mismo partido político, no se profesan devoción la una con la otra, respectivamente, como bien es sabido.

Y ahora es probable que los compromisarios de María Dolores apoyen a Pablo Casado que se convertiría así en un presidente del PP nacional como consecuencia de un pacto de perdedores: ¡qué dirán ahora Riolobos; Merino, Guarinos, Robisco y compañía! ¡Qué dirán los militantes!

Los portavoces del PP se han hartado de decir también que el gobierno de Castilla-La Mancha es “social-comunista”. Deberían aclarar ahora cual es la actual ideología del PP, al margen de los enfrentamientos personales de sus líderes.

elObservadorDCLM