Las sentencias lo confirman: no por mucho repetir una mentira se convierte en realidad

Sigue el PP aumentado el número de juicios perdidos y de sentencias condenatorias, aunque lo sigan negando. A la sentencia conocida este lunes sobre la corrupción del PP valenciano, que confirma la existencia de campañas electorales pagadas con dinero negro, hay que sumar una más cercana. La del PP de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

En el año 2014, con el PP en la alcaldía del municipio, uno de sus concejales, Juan Eduardo Jesús García Villajos, acusó al ex alcalde socialista de la localidad, Fernando Sánchez Bódalo, de apropiarse de una estilográfica valorada en 1.500 euros, que la marca Ferrari había regalado al consistorio. Además, le acusaba de haber dejado deudas y facturas sin pagar tras dejar la alcaldia. El concejal del PP utilizó como herramienta contra Sánchez Bódalo la televisión pública regional de la época, es decir, Tele-Cospedal.  

Ante la negativa a una rectificación solicitada por Sánchez Bódalo, el socialista convocó una rueda de prensa para dar a conocer su versión de los hechos. Afirmó que Villajos "mentía y que lo hacía por dinero como los mercenarios, ya que no parece propio de un profesional de la abogacía, como lo es (Villajos), prestarse a difundir una falsedad tan flagrante". Sánchez Bódalo argumentó en su rueda de prensa que el comportamiento de Villajos se debía, previsiblemente, a que  el PP lo había contratado a dedo como abogado en la empresa municipal de Aguas". 

Ante estas afirmarciones, Villajos presentó varias querellas y demandas contra Sánchez Bódalo por calumnias y por daño al honor, al "causarle un perjuicio profesional como abogado", sin valorar el daño que el concejal popular había infringido previamente al político socialista.

Este lunes, el Tribunal Supremo ha dado la razón al socialista Sánchez Bódalo confirmando la sentencia ya dictada por la Audiencia provincial de Ciudad Real, que absolvía al ex-alcalde de un delito de calumnias y otro por daño al honor del concejal del PP. 

Y es que el difama que algo queda... a veces tiene finales justos, y confirman que no por mucho repetir una mentira, se convierte en realidad.

Dclm.es