El contubernio judeo-masónico-comunista de los vagos y maleantes

Hay expresiones que se guardan en lo más profundo del subconsciente para que maceren un tiempo y así tal vez entenderlas algún día. Algunos guardamos aquello de "la conspiración-judeo-masónica-comunista", también llamado "Contubernio-judeo-masónico-comunista", porque éramos muy pequeños cuando sonaba en nuestros oídos. 

Frase utilizada de manera obsesiva y compulsiva por el “Generalísimo de los ejércitos”. Dicen que Franco odiaba la masonería porque intentó entrar y no le dejaron. Hecho que se agravó por la envidia con la entrada de su hermano Ramón, bastante más progresista y que lamentablemente falleció en accidente de avión. 

Pero la idea no se había ido y como un resorte surgió al escuchar las palabras del diputado popular Francisco Núñez hace unos días, cuando hablaba de "El gobierno social-comunista y radical del presidente Page", y rebotó de nuevo como un resorte en la boca de  Guarinos  ayer con aquello de "Esto es el primer experimento de gobierno social-comunista-podemita, que con lo que está pasando en Venezuela es preocupante. Traerá consecuencias incalculables y no buenas para los castellano manchegos". ¿Será que tenemos en Castilla La Mancha el "Contubernio-judeo-masónico-comunista"? ¿Será que somos los únicos en toda España?

De nuevo resuena en nuestros oídos ese lenguaje “casposo” y “retrógrado”, del dictador y parece que no es casual, ni esporádico, sino que se va asentando en las intervenciones habituales de nuestras Cortes regionales, eso sí, siempre de la mano del partido popular. 

Sería necesario un poco de contención verbal por parte de "sus señorías", que dejan salir ese caudal (ojalá fuera de agua) de improperios y faltas de respeto, hasta el punto de lanzar descalificativos en ruedas de prensa como el de ayer mismo, de nuevo con la diputada popular condenada por violar derechos fundamentales, Ana Guarinos, al decir que en el día de hoy se iba a "consolidar el nuevo gobierno de vagos y maleantes".

Era inevitable, de nuevo el lenguaje “caudillista”, que recuerda aquella ley "de vagos y maleantes"  aunque decretada con anterioridad al régimen franquista, fue este quien mayor partido sacó de ella, sancionando a todas aquellas personas que no eran del agrado del régimen. Con ella se perseguiría a vagabundos, pordioseros, rufianes, proxenetas y a todo aquel que no pudiese demostrar tener un domicilio fijo y un empleo (con las listas del paro de hoy, tendríamos la cárcel llena de vagos y maleantes).

Una ley que Franco mantuvo hasta 1954 en que la modificó para incluir entre vagos y maleantes a los homosexuales.  En 1970 creó una nueva "Ley de peligrosidad social", donde aprovechó para añadir drogadictos, prostitutas e inmigrantes ilegales, tal vez si hubiese seguido vivo con posterioridad hubiese incluido barbudos, melenudos o “coletas”.

Guarinos tendrá dificultad para "probar" su afirmación de "Gobierno de vagos y maleantes". Hablamos de 11 personas de los que tendrá que demostrar de manera individualizada que son "vagos" (con poca disposición para hacer algo que requiere esfuerzo o constituye una obligación) y "maleantes" (que viven de forma marginal cometiendo acciones delictivas de manera habitual) para no ser acusada de injurias (por lo de vagos) y calumnias (por lo de maleantes).

Adelante Guarinos, tiene usted tarea para los próximos días, y tendrá que hacer horas extraordinarias si quiere seguir siendo diputada regional, porque si deja de dedicarle tiempo a las Cortes regionales tal vez alguien le llame "vaga".

Dclm.es