El caso del presidiario que mentía menos que el Presidente

¿Quien mató al comendador? Todo el pueblo lo sabía pero preferían decir "Fuenteovejuna, señor". En nuestro caso, todo el pueblo sabe que un presidiario dice más la verdad que un presidente del gobierno, lo cual no deja de ser paradójico.

Los ciudadanos hablan en las tertulias, en las terrazas de verano, del Caso Bárcenas, del Caso Rajoy, del Caso Cospedal, del Caso Tirado. Ya se han convertido en la serpiente de verano: han conseguido politizar a un país que responde con rabia y con ironía porque mucha gente está pasando penalidades y ese derroche de dinero y desvergüenza da muchos argumentos a los ciudadanos que lo sufren. Y a los que no lo sufren pero deben aguantar un espectáculo bochornoso.

Y es que con el Caso del Gran Fraude del Partido Popular en los últimos veinte años, el actual gobierno de Rajoy y Cospedal ha demostrado una enorme torpeza: no están cualificados ni para mentir. No hacía falta ser un lince, ni siquiera llegar a un cinco de nota media, para darse cuenta de que intentaban salir del paso. Y esas mentiras, esas torpezas sólo se han mantenido gracias a la enorme presencia en medios de comunicación, en forma de tertulianos o de cabeceras compradas.

Aun así el desgaste de Rajoy y Cospedal es ya brutal a día de hoy. Además de las mentiras, han cometido fraudes electorales que podrían invalidar unas elecciones en las que han participado con una ventaja ilegal.

Lo único en lo que confían es en el mes de agosto. Seguro que Cospedal ya ha preparado sus bikinis para irse tranquilamente y con sus desparpajo habitual a Marbella. Allí, entre las arena y las olas, será también señalada por los ciudadanos: parece que esta vez el bochorno no hay que achacarlo solo al verano.

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