MIGUEL NIETO.- Agustín Conde vuelve y no es precisamente de cabo

No sé quién fue el político español que dijo “vienen días de gloria para el ministerio de Defensa”. Yo también lo pienso, aunque lo cierto es que será una gloria que apenas se notará en la tramoya política nacional porque a este ministerio se llega a vestir el santo y sacarle brillo al sable, entiéndame bien.

Que una mujer sea la ministra del ramo es algo que acuña normalidad política, ya lo fue Carmen Chacón y su marido, pero no lo es tanto que a la ministra se le adjunte un secretario de Estado del calibre balístico de Agustín Conde. Magnum parabellum, diría.

Vayamos por partes, que no pretendo dudar de la capacidad del toledano para ostentar semejante puesto. Lo que quiero trasladarles es mi percepción sobre el nombramiento. Si Conde volviera a nacer lo haría de cabo, igual que las pintadas callejeras de los nostálgicos, “Franco vuelve, aunque sea de cabo”. No lo digo yo, su anterior responsabilidad de diputado la tuvo en la Comisión de Defensa. Por algo sería.

Conde es por tanto como la rueda para la bicicleta, necesario para la milicia española. Otra cosa es que sepa, pero esa es harina de otro costal, porque a nadie se le exige reválida para ser ministro, y menos para secretario de Estado. Los tuvimos electricistas, fontaneros y albarderos.

Además, a Conde los bailes de la Academia, cuando alcalde de Toledo, ya le granjearon el contacto necesario como para aprender el escalafón, cuestión esta nada baladí si se quiere hacer carrera. Aquí voy a referir lo que le ocurrió a un cargo de la región que también anduvo por ese ministerio.

Me cuentan que el primer día de ejercer en un segundo escalón de responsabilidades, se fue derecho a un hombre que llevaba más entorchados y chorreras que la jaca de Peralta cuando toreaba en Las Ventas. Al verlo por los pasillos lo saludó con parecidas palabras a estas: ¿”Mi general cuál es su nombre”? A lo que le respondió el buen hombre, “gracias por ascenderme señor pero soy el ordenanza mayor”.

Pues eso, que Defensa no ha podido escoger mejor porque a Conde no le ocurrirá el sucedido, aunque me dicen que tendrán que hacer reformas y agrandar las puertas del ministerio para que quepa nuestro insigne paisano. Esto lo digo con cierta ironía, la misma que me traslada un conmilitante suyo cuando me cuenta la variante “pavo real” que el flamante secretario acuña. Por lo visto se le hincha el pecho con cierta asiduidad, lo que para algunos es un signo de presunción y para otros el mal denominado “pecho de lata”.

Ya de candidato a la Junta de Comunidades frente a Bono se condujo con cierta soberbia al anunciar, en un error mayestático, que los albaceteños tendrían que ir dejando a un lado la industria cuchillera porque las navajas no ayudaban a la seguridad ciudadana. Alguien le tuvo que decir que antes que los calzoncillos los albaceteños nos vestimos la faca, y claro, lo desinformaron.

Pero no quiero ir por ahí, que lo que pretendo es poner en valor lo mucho que va a colaborar con los grandes proyectos que tiene esta tierra dependiendo de ese ministerio. Eurocopter, la base aérea de Los Llanos, son de envergadura suficiente como para dar gusto a la ministra que lo ha nombrado, que es la misma que lo defenestró de diputado. Es lo que tienen los políticos de raza, que lo mismo sirven para un roto que para un descosido. ¿Fue para roto o para descosido en este caso? Ya se verá.

Ahora lo que viene es estar de guardia para saber si se confirma lo que dijo ese político español sobre los días de gloria. Que una cosa es que la oposición crea que te la pegas seguro, y otra es que confirmes los pronósticos.

De pequeño, repito, ya apuntaba para el menester y su fama le precede. Conde ha vuelto y no precisamente de cabo.

Llegados a este punto, el que escribe daría lo que fuera por ver por un agujerito al flamante secretario de Estado mandar posición de firmes a las tropas. Y es que se pasa uno la vida imaginando y no cae en la cuenta de que la imaginación es poder. Es lo que le ha pasado a Conde, que el poder le ha venido a ver precisamente porque en su imaginario siempre lo visualizó.

¡Viva Honduras! Perdón, donde va a parar Trillo con nuestros paisanos.

Miguel Nieto

Periodista