¿Cómo está la Sanidad castellano-manchega?

Nadie hizo tanto daño a la sanidad castellano-manchega en la historia como el Partido Popular. Dicen que la esencia del servicio suele estar en el alma de quien lo realiza y si hay un alma en la Sanidad pública, es precisamente la de esos hombres y mujeres que cada día salen de su casa con el único propósito de salvar vidas.

Pero eso es algo que no le importó mucho al PP cuando tuvo en su mano administrar nuestra sanidad, aunque hoy el líder del PP, enarbola la bandera de "recuperar la atención primaria" y se compromete a "terminar las obras de los hospitales", un lapsus que quizá se le escapó del "corta-pega" de anteriores campañas de sus opositores, porque es difícil entender las razones que llevaron al PP a despedir a 3.000 profesionales de la Sanidad pública (1.500 de plantilla orgánica y 1.500 de personal eventual), cuando tenían la capacidad de tomar decisiones en la región, bajo la batuta de Cospedal y ninguno de los que hoy siguen dando mítines alzó la voz.

El PP consideró, y así lo firmó, que las “plantillas horizonte”, es decir el instrumento que fijaba el número óptimo del total de plazas del SESCAM debían ser 20.037. Es decir, 5.752 plazas menos que en último año de legislatura del PSOE con José María Barreda.

Estos datos fueron considerados tan correctos que en todo el tiempo de la legislatura del partido cuya cabeza visible y candidato es Francisco Núñez (PP), no sacó ninguna Oferta Pública de Empleo en Sanidad. Cuatro años sin siquiera plantearse mejorar la sanidad pública, aunque eso sí, como viene siendo habitual, la mentira quedó dicha cuando anunciaron para 2014, de 48 plazas, que no se llegaron a convocar, como no se convocó ningún concurso de traslados en atención primaria, ni se autorizó ninguna sustitución de larga duración.

Los profesionales sanitarios agraciados con el mantenimiento de su puesto de trabajo, vieron recortadas sus retribuciones un 3,8 por ciento y por si todo ello fuera poco se paralizó la construcción de hospitales cuya obra ya estaba iniciada, como fue el caso del hospital de Toledo, Guadalajara, Albacete y Cuenca, de la misma manera que se paralizaron las construcciones de Centros de Salud, como el de Villarrobledo o el de Azuqueca de Henares, por no citar los de los barrios de las capitales de provincia.

En el tiempo en el que el PP estuvo en el Gobierno, probablemente consiguieron recortar el presupuesto sanitario y una de las formas de hacerlo fue con la pérdida de las plazas de especialistas en formación en todos los ámbitos: Médicos Internos Residentes (MIR), Farmacéuticos Internos Residentes (FIR), Biólogos Internos Residentes (BIR), Psicólogos Internos Residentes (PIR), y Enfermeros Internos Residentes (EIR).

Tampoco se realizó ningún tipo de adquisición de alta tecnología para los centros sanitarios del SESCAM, sino que se fue vaciando de actividad a los Centros de Especialidades, Diagnóstico y Tratamiento.

Hoy Castilla-La Mancha cuenta con 7 aceleradores lineales, que permiten mayor precisión en los tratamientos de cáncer. Un total de 58 arcos quirúrgicos que posibilitan la precisión milimétrica en las intervenciones quirúrgicas. Hasta 37 TAC de 64 cortes para obtener imágenes detalladas de los diferentes órganos y tejidos de los pacientes. La región dispone de 5 nuevos PET-TAC que localizan con rapidez la existencia de metástasis en el cuerpo. Hemos conseguido 17 Resonancias Magnéticas que producen imágenes de alta resolución de los órganos y el esqueleto.

La región cuenta además con 9 Salas de Hemodinámica que pueden ampliar sustancialmente la respuesta sanitaria para tratar las enfermedades coronarias. Además de todo esto hoy contamos con 5 hospitales nuevos y con más de 50 obras realizadas en Atención Primaria.

Los sufridos pacientes castellano-manchegos, tuvieron que contemplar como el PP puso un copago sanitario a los pensionistas, que en algunos casos, prescindían de comprar las medicinas para dedicar su presupuesto a comprar alimentos porque el dinero no daba para más, en un tiempo en el que era fácil ver como los hijos “retornaban” al hogar familiar por falta de trabajo. Todo ello mientras pedían al destino, a Dios o a los ángeles, no tener que visitar un hospital, porque en el tiempo del Gobierno del PP los hospitales de la región habían cerrado un total de 668 camas.

Los “populares” tomaban decisiones que a veces trascendían y otras veces no y que en ocasiones nos dejaron saber cuáles eran sus intenciones, como las privatizaciones en las áreas sanitarias de Villarrobledo, Tomelloso, Almansa o Manzanares, que fueron paralizadas gracias al gobierno socialista de García-Page.

El PP de Núñez, que es el mismo que el de Cospedal, invertía en Sanidad 2.500 millones de euros, a veces incluso menos, como en 2014 que no se alcanzó esa cifra, mientras que hoy se invierten 3.700 millones de euros en la sanidad castellano-manchega.

Mientras con el PP de Núñez se despidieron a 3.000 sanitarios, con el PSOE de García-Page se han contratado a 7.000. Hoy Castilla-La Mancha es la cuarta región española en la que más se invierte en Sanidad en relación con el PIB y aunque hay quienes se llenan la boca hablando de las “listas de espera sanitarias”, las cifras hablan por sí mismas. En tiempos del gobierno popular se superaban los 48 mil pacientes en listas de espera y hoy, aunque siguen siendo muchos y hemos sufrido una pandemia universal, esa cifra ha quedado reducida a 38 mil pacientes en lista de espera.

El PP de CLM acude a la Sanidad Pública para hacer campaña electoral. Algo que quedó claro al ver a algunos de sus candidatos pegando carteles en los Centros de Salud de la región, porque para curarse, como decía la diputada talaverana, Carmen Riolobos, "se van a Madrid", probablemente a la sanidad privada de Ayuso.

Por todo ello: PSOE o PP esa es la cuestión...

P. Moratilla