Los gascones, pescadores de votos en la izquierda, que nunca critican a la derecha

Los gascones eran pescadores franceses que llegaron al norte de España y que luego se convirtieron en grandes negociantes. Siempre se ha supuesto que uno de los valores de la izquierda o más bien su razón de ser es su compromiso moral con la verdad y la defensa de los más desfavorecidos, de las políticas sociales, del uso del dinero público y de los impuestos para conseguir un mayor equilibrio entre ricos y pobres, facilitando a los menos favorecidos el acceso a necesidades como la sanidad o la educación pública, apuntalando a quienes más lo necesitan, sobre todo en situaciones de emergencia. 

De ahí que partidos como Izquierda Unida se situaran siempre en confrontación con los partidos de la derecha que persiguen otro tipo de intereses más cercanos a los más poderosos, partidos como el PP y Vox que, aunque traten de disimularlo porque necesitan los votos de una mayoría para gobernar, favorecen cuando están en el gobierno a quienes amasan grandes fortunas y a quienes deciden, muchas veces desde la sombra, los destinos de las sociedades.

Pero llegó Podemos, un partido supuestamente de izquierdas que superó las expectativas electorales de IU, muchos de cuyos militantes sucumbieron a lo que se convertiría después en política espectáculo.

Uno de los males más generalizados y maquiavélicos de la política actual es la falta absoluta de autenticidad con el fin último de generar adhesiones. Se trata de puestas en escena, de decisiones de sanedrines que intentan conseguir votos, que deciden seguir una estrategia para lanzar a un líder o poner un traje al contrario, aunque eso tenga poco que ver con sus verdaderas ideologías. Cuando se comete ese pecado político ya no hay vuelta atrás. Puede llegar a convertirse en el esperpento de la irrealidad que nos vende cada día la derecha española y sus medios de comunicación de Madrid, absolutamente a su servicio salvo honrosas excepciones.

Podemos Castilla-La Mancha, con García Gascón al frente, ha entrado en ese espectáculo que en nada les favorece. Vetan a Page, ponen un cinturón sanitario antes de cazar el oso, con pocas posibilidades de cazarlo y venden su propia piel con otra puesta en escena. Izquierda Unida o lo que queda de ella, les ha recordado que lo realmente importante son las políticas que realizan las personas. Y a su vetado García-Page se le podrán reprochar muchas cosas como su enfrentamiento con Pedro Sánchez y con las políticas que le cuelan sus socios, pero no sus propias políticas sociales y en defensa de Castilla-La Mancha que son absolutamente impecables. Page ha revertido toda la política del gobierno del PP de Cospedal que trató de hundir el edificio social del que hablaba al principio para intentar favorecer a los más poderosos.

Hay una cuestión clave que llama mucho la atención: si Podemos-CLM es un partido comprometido con las ideas de izquierda, ¿por qué nunca lanza una crítica contra de la derecha?

elObservadorDCLM