Salvar al Partido Popular

El principal problema de credibilidad del Partido Popular es que no defiende a la mayoría de los ciudadanos. Se trata en la actualidad de un partido político que responde a los intereses de los grandes capitales que intentan controlar el país por todos los medios que no son pocos. Quienes mandan en el Partido Popular utilizan a sus líderes para convencer a los españoles de que deben darles la mayoría aunque luego cuando gobiernan dan la espalda a los ciudadanos y hacen grandes negocios con el dinero público, siendo el propio partido y estos poderes los grandes beneficiarios de estos negocios, tanto en periodos de bonanza como de crisis.

Si al Partido Popular le apoyarán únicamente aquellos a los que beneficia cuando gobiernan, nunca conseguiría mayoría absoluta. Es por ello que cuando el PP está en la oposición debe desplegar una estrategia que tiene un único objetivo: derribar al gobierno y ocupar su lugar.

El gran capital que maneja al Partido Popular se encarga de que sus pasarelas mediáticas difundan mensajes con dos finalidades primordiales. La primera es extender la idea de que los gobiernos socialistas lo hacen rematadamente mal al tiempo que siempre le niegan cualquier tipo de apoyo, incluso en tiempos de crisis que azotan a nuestro país. Además, ridiculizan a sus líderes para extender la idea de su ineptitud. Les visten trajes que concretan en ideas básicas como que son tontos, ineptos o chulos.

Las terminales mediáticas de quiénes mandan en el PP insisten en estos calificativos día tras día durante meses hasta que la idea cuaja en miles de cerebros, lo que utiliza el PP para alcanzar sus objetivos.

Pero, como se ha visto durante toda nuestra democracia cada vez que el PP ha llegado al poder, su política real no se ha basado en la defensa de los intereses de una mayoría de los ciudadanos. Tuvimos la mala fortuna de comprobarlo con toda su crudeza en Castilla-La Mancha cuándo gobernó el Partido Popular de la mano de Cospedal. España y nuestra región vivían por entonces tiempos de crisis por diferentes causas, pero con consecuencias similares a las actuales. El Partido Popular se dedicó entonces a recortar drásticamente en los servicios gratuitos a los ciudadanos como la sanidad, mientras que con el dinero público, como la hucha de las pensiones, el gobierno de Mariano Rajoy se dedicó también al rescate multimillonario de los bancos dentro de su política habitual cuando gobiernan de favorecer los intereses de quienes les apoyan para volver al gobierno cuando, como ahora, están en la oposición.

El Partido Popular no ha apoyado en el Congreso ninguna medida del gobierno y se ha negado al tiempo a que las grandes financieras y las energéticas arrimaran el hombro para hacer más llevadera a la mayoría esta nueva crisis como consecuencia de la guerra de Ucrania.

El Partido Socialista y el gobierno cuentan con muy pocos medios de comunicación favorables o al menos neutrales que puedan explicar a la población tanto estas maniobras manipuladoras como su propia acción de gobierno.

Durante meses e incluso años, quienes mandan en el PP se han dedicado a ensuciar la imagen del presidente Pedro Sánchez con estos fines y también con la intención de enfrentarle con otros líderes socialistas que tratan de huir de que se les identifique o se les relacione con su propio y mancillado líder.

Además de ensuciar la imagen de los líderes socialistas, los que mandan en el PP siembran la idea, cuándo el partido está en la oposición, de que defenderán los intereses de una mayoría social cuando recuperen el gobierno. Algo que siempre ha sido una gran mentira: cuando han gobernado no se ha producido el milagro económico del que presumen, todo lo contrario, han subido los impuestos, ha subido el paro y se ha multiplicado la deuda pública. Durante todos los gobiernos del Partido Popular han privatizado servicios públicos y han hecho negocio embarrándose en grandes episodios de corrupción que finalmente demuestran la relación directa de un Partido Popular al servicio de grandes poderes económicos y también con una excelente relación con el gobierno de los jueces. De otra manera no puede entenderse el empecinamiento de los diferentes líderes del PP en los últimos cuatro años para llevar a cabo el mandato constitucional de renovar los órganos caducados del Consejo General del Poder Judicial. Los gobiernos del PP han negociado con los independentistas, han concedido indultos y han acercado presos etarras.

Como ha sucedido con el documental “Salvar al rey”, algún día muchos reconocerán con toda naturalidad esta realidad que hoy se intenta ocultar a una gran mayoría de los ciudadanos.

elObservador DCLM