Putin ya ha matado a 20.000 personas y a más de 200 niños y niñas

Es vergonzoso a los ojos del mundo civilizado el anuncio del ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, cuando ha asegurado que las fuerzas armadas del país han “liberado” Mariúpol, en una reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin. 

En nuestro mundo actual es habitual que olvidemos pronto todo lo que sucede, incluso las mayores atrocidades dejan de ser una prioridad en nuestros pensamientos y pasan como una moda. 

Europa lleva dos meses en guerra desde que el 24 de febrero, un presidente criminal decidió invadir Ucrania, un estado soberano. Se estima que han muerto ya en esta guerra unas 20.000 personas, más de 1000 civiles y alrededor de 200 niños.

Putin no puede esconderse detrás de una guerra, ni de su sueño imperialista. Todo es más simple: ha sido él quien ha ordenado atacar a su ejército y él es el principal responsable de esa matanza de seres humanos. Nada ni nadie puede blanquear a Vladimir Putin. No es un criminal de guerra, es un criminal sin más calificativos y eso no podemos o no debemos olvidarlo nunca.

Esos muertos, militares, civiles, niños y niñas deben pesar sobre su conciencia porque, mucho más en pleno siglo XXI, nadie debe tener el poder de organizar una matanza por ningún motivo y salir ileso a los ojos del resto de los seres humanos.

Cada conciencia puede ser un tribunal popular que juzgue y condene a este criminal.

Gloria Gallas