Obras son amores

Durante los cuatro años que gobernó en Castilla-La Mancha, el Partido Popular paralizó la construcción de los hospitales de Toledo, Cuenca, Guadalajara y Albacete. Fue una de las decisiones de Cospedal que también despidió a 3.000 profesionales de nuestra Sanidad Pública. Luego, derivaba enfermos de Castilla-La Mancha  a la sanidad privada de Madrid.

Cuando el Partido Popular perdió en 2015 la mayoría absoluta, el nuevo presidente de la región, Emiliano García-Page, se comprometió a reiniciar las obras de estos hospitales públicos. 

El gran hospital de Toledo ya es una realidad. La operación de traslado al nuevo hospital de Guadalajara de las distintas especialidades se iniciará el 23 de este mes de abril. Las obras del nuevo hospital de Cuenca y de Albacete están ya muy avanzadas y este miércoles, el presidente de la Junta ha puesto la primera piedra del que será nuevo hospital universitario de Puertollano, en Ciudad Real.

Ahora mismo están trabajando en la Sanidad de la región cerca de 37.000 profesionales, la mayor cifra en la historia de Castilla-La Mancha. 

Se construye o se destruye con obras y con palabras. Cuando el presidente García-Page cogió este Miércoles Santo una pala para echar tierra sobre los recuerdos que pervivirán en los cimientos del nuevo Hospital de Puertollano, el Partido Popular de la región convocó a los medios para asegurar que la Junta lleva “siete años de promesas incumplidas”.

Pueden seguir desde el PP destruyendo con palabras sin recordar su legado, pero la verdad es que obras son amores y más tras los complicados años que hemos vivido en los que tanto hemos necesitado y seguimos necesitando a los sanitarios públicos.

Y, más sorprendente aún, los del PP, los mismos que paralizaron las obras, se hacen ahora la foto delante del cartel del nuevo hospital de Puertollano, entre ellos la mano derecha de Cospedal en Ciudad Real, Rosa Romero.

elOsbervadorDCLM