"Don Paquale", ópera bufa en cuatro actos

La ópera bufa nació en Nápoles como un subgénero musical de la ópera seria. La política bufa ha existido siempre pero en los últimos tiempos llena nuestras escenarios en España y apenas deja lugar a la política seria. Algunos de los creadores de la comedia bufa fueron sin embargo genios como Rossini, Mozart o Donizetti que en 1843 compuso su Don Pasquale.

Los actuales compositores de la política bufa solo son genios en su asombrosa capacidad de montar bulos-bufos, extenderlos, amplificarlos y luego dar la puntilla con manifestaciones de los fervientes seguidores de su Comedia del Arte plagada de máscaras, mimos y habilidades acrobáticas.

La oposición española, PP, Ciudadanos y Vox, se dedica ya exclusivamente al género de la ópera bufa o “dramma giocoso” aunque a veces traten de esconderla entre óperas reales igual que sucedía en los Intermezzi, breves interludios jocosos en medio de una disquisición real.

En Castilla-La Mancha tenemos al presidente del PP, Paco Núñez, nuestro “Don Paquale” que ha culminado con rotundo éxito su ópera bufa que bien podría titularse “La ganadería rusticana”.

En el primer acto, don Paquale, entonces regidor de Almansa, se reúne en pleno municipal y aprueba con gran regocijo “su absoluto rechazo a la instalación de macrogranjas porcinas en Castilla-La Mancha” pues considera que “en los últimos meses, nuestra región está en el punto de mira de la industria cárnica menos sostenible, menos saludable y que menos puestos de trabajo genera. El negocio de estos proyectos -añade- reside en la demanda internacional de carne porcina. En definitiva, los inversores quieren convertir nuestro país en la “porquera” del planeta". En este primer acto se observa a militantes del PP, mismo partido de don Paquale, levantando pancartas contra las macrogranjas donde se aprecia a un cerdo que acaba de realizar una deposición casi más grande que el propio animal sobrevolada por un grupo de moscas.

El segundo acto se inicia con la declamación del ministro Garzonni contra las mismas macrogranjas que rechazaba don Paquale. Garzonni nunca se atrevió a afirmar, como dijo el regidor almanseño, que la carne allí producida era “menos saludable” porque de haberlo dicho le habrían llevado directamente al matadero.

En el tercer acto, los partidos políticos de la Comedia del Arte crean y extienden el bulo-bufo de que el soprano Garzonni ha atacado por extensión a la industria cárnica española, al campo español y a las cosechadoras, aunque en realidad ha apoyado a la ganadería extensiva española. Los sopranos elevan el tono recordando “La guerra del cerdo”, un episodio real que aconteció en 1859 cuando un campesino de Estados Unidos mató a un cerdo propiedad de un británico en las Islas de San Juan. El incidente fue la excusa para un cruce de insultos entre ambos estados mayores, una escalada militar que estuvo a punto a de acabar en una guerra sangrienta. La intención real de Estados Unidos era quedarse con la isla y el episodio del cerdo fue, obviamente, solo un pretexto. 

En el cuarto acto, los comediantes hacen reír a los espectadores con la creación del lema: “Ganadería o comunismo”. Don Paquale se niega a sí mismo, dice ahora que los ganaderos son libres de crear los negocios que crean convenientes y en el acto final él mismo acude a una manifestación en la capital a favor de las macrogranjas bajo la habilidad acrobática de apoyar al campo español frente a los enemigos que mataron al gorrino y pretenden acabar hasta con la producción de ajos porros o los morados de Las Pedroñeras.

En realidad, a los creadores de la política bufa les importan muy poco los problemas reales que subyacen bajo los asuntos que utilizan: les importa un pimiento la agricultura y el cuerno de una vaca la ganadería. Lo único importante para ellos es sacar rendimiento de su comedia.

elObservadorDCLM