Cospedal, Rajoy y el casino popular

De nada sirvieron ni el silencio de Cospedal ni las mentiras de Rajoy. La comisión del Congreso que ha puesto fin a un año de trabajo ha concluido que tanto Rajoy como Cospedal fueron conocedores, beneficiarios y los responsables políticos de la trama Kitchen montada desde el ministerio del Interior del gobierno del PP para robar y ocultar a la justicia pruebas en poder de Luis Bárcenas que demostraban la existencia de la caja b del PP y de otros casos de corrupción vinculados a este partido.

Mintió Rajoy con descaro cuando dijo en el Congreso que en el PP no hubo contabilidad en b y lo hizo a sabiendas de la sentencia de la Audiencia Nacional del 24 de mayo de 2018 que determinó “la existencia, desde la fundación del partido en 1989, de una estructura de contabilidad y financiación ilegal en las finanzas del PP, que se desarrollaba en paralelo a lo que el propio partido informaba oficialmente”. En esa sentencia, el juez argumentaba que el PP ayudó a establecer “un sistema genuino y efectivo de corrupción institucional a través de la manipulación de la contratación pública central, autonómica y local”. En la propia sentencia, el juez consideró que Rajoy no había sido «veraz» en su testimonio como testigo durante el juicio.

Ahora, tras ese año de trabajo de la Comisión, todos los partidos políticos excepto el propio PP y Vox consideran que Rajoy fue el responsable político de una trama para ocultar pruebas a la justicia que le costó la pérdida del gobierno y el abandono de la política, igual que Cospedal que salió por la misma puerta de atrás, después de hacerse públicos sus encuentros con Villarejo a escondidas y en la sede de Génova en las que intervino como mediador su esposo López del Hierro.

Las conclusiones de la Comisión ponen una vez más de manifiesto tanto la extrema gravedad de una trama ilegal sufragada con fondos del Estado cómo el desparpajo de estos líderes de la derecha española, con tantos años de experiencia que son también especialistas a la hora de eludir responsabilidades tanto personales como de un partido político que no ofrece ningún ejemplo válido para pretender volver a representar a los ciudadanos.

Un partido político como el PP que pretende gobernar España, debe antes reconocer lo que ya todos sabemos, pedir perdón, renovar sus procedimientos, sus líderes y no jugar más con su brazo armado, Vox, quien también trata de encubrir tantos años de corrupción y de hipocresía.

España está huérfana de una derecha moderada que exprese claramente su ideología conservadora y liberal, que apoye si quiere los negocios privados más que los servicios públicos pero que deje ya de aprovecharse de los negocios de un casino de apuestas que lleva abierto y maneja desde su fundación.

Siguiendo sus pautas de negocio, ahora es el momento de pedir a quien pretenda hacer una buena jugada que ponga sobre la sede del PP una buena cantidad, que el Bárcenas de turno lo apunte en un cuaderno, para conseguir luego multiplicar su apuesta, cuando los dueños del casino vuelvan a estar en el Gobierno. Es lo que la justicia ha dicho que llevan haciendo casi treinta años.

elObservadorDCLM