La desfachatez, la desvergüenza y la paranoia de Macarena Olona

Ha vuelto a ocurrir. Esa facilidad para mentir de algunos políticos, haciendo campaña con hechos luctuosos o intentando sacar rédito político a costa de la vida de otros, les lleva en innumerables ocasiones a hacer daño en las entrañas de quienes sí tienen ideología. De aquellos que sí creen en las gentes y en los hechos y en lo que significan determinados nombres en la historia de España y en la cultura política de un país.

En 2019, cuando se cumplieron 80 años de la muerte de Antonio Machado, Pablo Casado escribió un Twit en el que podía leerse: “Hoy que recordamos a Antonio Machado, es un buen día para felicitarnos todos los españoles por la maravilla de lengua que compartimos con millones de hablantes en todo el mundo. El poeta y su poesía siguen siendo una de las cumbres de nuestro idioma“.

Choca que esto sea pronunciado por el heredero de aquellos que llevaron a Antonio Machado a Cuillure (Francia). Exilio obligado para evitar perder la vida y ser  “un montón de huesos más en una cuneta”, qué dirían algunos políticos del PP, ya que había sido señalado por el régimen como lo fueron tantos artistas de nuestro país en aquel momento.

Solo un mes antes de su muerte, el 22 de enero de 1939, bajo el consejo y la insistencia de Rafael Alberti y León Felipe, el ya anciano Antonio Machado, inició un viaje sin retorno a la vecina Francia, acompañado de su madre y hermanos. Llegó a la localidad francesa de Cuillure el 28 de enero. Treinta días después el poeta era enterrado en un nicho cedido por una francesa anónima.

Fueron muchos los poetas que perdieron la vida en esos años, mientras la derecha, siempre cruel y sin alma, lanzaba gritos insultando a “rojos”, “maricones”, “masones” o “marxistas”, casi  de la misma manera que algunos elementos de este espectro político intentan hacerlo hoy cuando pintan y vandalizan las estatuas de Indalecio Prieto o Largo Caballero o quitan murales de mujeres a las que silenció la historia.

Pero si el PP lanza un órdago con Antonio Machado, Vox lo dobla con Federico García Lorca.  La diputada granadina, Macarena Olona, heredera de los que prendieron a Lorca en la casa de Rosales y de los que le dieron dos tiros bajo las ramas de un olivo, junto a un maestro y dos banderilleros. Seguidora de esos mismos que lo dejaron tirado en la cuneta de la carretera, se permite el lujo de escribir otro Twit en el que dice “En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida. Federico García Lorca. Eterno. Universal pero nuestro. Hoy, en especial, en nuestro recuerdo“.

A ella se le podría contestar que ese “nuestro” es como el del machista mexicano despechado “o es mía o no es de nadie”, porque a eso suenan sus palabras. Pero no se conforma con esto, la fiel seguidora de Abascal añade que “Hoy, en España, Federico García Lorca votaría a Vox“, pronunciado tal vez con el objetivo de que el  poeta se revuelva en su tumba. ¿A quién pretende engañar?

Tal vez Olona no sepa que hay palabras que hieren la sensibilidad de las personas, no solo las imágenes, y que en este caso hieren en profundidad sobre todo cuando su partido llama violadoras y asesinas a las trece rosas, compañeras de lucha de García Lorca.

Basta ya¡ Basta de cinismo, de paranoias, de desfachatez y desvergüenza. Basta de mentir. Basta de faltar a la verdad, de hacer discursos con mentiras y de hacer política con la vida de las personas. No vuelva a repetir que “la memoria de Lorca es apolítica”, porque si hay una memoria política, que no nos deja olvidar que aún quedan huesos en las cunetas esa es la memoria de Lorca. Si hay una bandera de la libertad que nos lleva a cualquier cosa, con tal de que no nos priven de ella, es la bandera de Lorca. Y si hay una poesía que sigue hablando por él aún después de haber sido fusilado por esos que tanto defienden desde Vox, es la de Lorca.

Lorca ya contestó antes de irse, cuando dijo “Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo”. Dejó escritas con su sangre las últimas sensaciones vividas, el miedo a las personas como Olona “No soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja, sino un pulso herido que presiente el más allá” y sobre todo dejó escrito su presente: “Quiero dormir un rato, un rato, un minuto, un siglo; pero que todos sepan que no he muerto; que hay un establo de oro en mis labios; que soy un pequeño amigo del viento del Oeste; que soy la sombra inmensa de mis lágrimas”, porque Lorca realmente no ha muerto, como no ha muerto Yerma, ni las Bodas de Sangre, ni la Casa de Bernarda Alba que no pudo ser publicada hasta 1945 en Argentina, porque en España no había “huevos” para ello, por las amenazas y la experiencia con la ultra derecha.

A la señora Olona habría que recordarle que Lorca es tan simple como leer su obra. Que nunca jamás hubiera sido de derechas y mucho menos de ultra derecha a pesar de tener algún que otro entre los miembros de su familia.

Háganos un favor señora Olona y grábese en la mente las palabras de Machado: “En España lo mejor es el pueblo. Siempre ha sido lo  mismo, en los trances duros los señoritos invocan a la Patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre”.

P. Moratilla