Benito Puebla y Gema María del Castillo, nuevos Pandorgo y Dulcinea

La Pandorga, fiesta tradicional de Ciudad Real, ha nombrado a su Pandorgo 2021, Benito Javier Puebla, un empresario y emprendedor de Ciudad Real  que lleva innato el amor por la tradición y por las costumbres, así como por la Virgen del Prado, que se convertirá en el embajador y garante de la fiesta durante el próximo año;  también se ha proclamado a la Dulcinea 2021, Gema María García del Castillo, una mujer ciudadrealeña, trabajadora y sencilla que concilia su actividad diaria como celadora con la generosidad como voluntaria en Ciudad Real.

Durante el acto central de esta fiesta que se ha celebrado, con carácter excepcional debido a la pandemia en la Plaza de los Mercedarios, se ha cumplido con la tradición que aglutina modernidad y folclore en una fiesta para todo tipo de público, tanto de la propia ciudad, como para turistas y visitantes. Al nombramiento ha asistido una nutrida representación de los sectores políticos, cultural, económico  y social de gran parte de Ciudad Real, de Castilla-La Mancha y de España.

También se ha recordado especialmente a Vicente Calvo Carrasco, Pandorgo 1996, que fue un gran emprendedor en el sector de la hostelería y que compaginó su trabajo con su afición al fútbol, además de participar activamente en la sociedad ciudadrealeña desde el asociacionismo, y que se caracterizaba por su carácter generoso, afable y su inquietud por mantener las tradiciones y costumbres de la ciudad. Su hijo recogía el reconocimiento con gran emoción.

La alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías, comenzaba su discurso explicando el origen humilde de esta fiesta en honor a la Patrona, Nuestra Señora del Prado a la que ofrecían su fruto del trabajo y el esfuerzo en el campo. Unas fiestas, añadía que une no solo a los vecinos de Ciudad Real, sino a “todos los del coto manchego y a aquellos que vienen de fuera de él. Año tras año, mostramos que la fiesta de La Pandorga es algo más que música y baile, es tradición, es historia, es cultura, es costumbre, es folclore, es devoción, pero sobre todo es un modo de vida”.

La primera edil reconocía el compromiso del equipo de gobierno por conseguir que la fiesta de la Pandorga sea declarada de interés turístico nacional y por ello, aprovechaba la ocasión para solicitar a la portavoz del Gobierno Regional, Blanca Fernández, que sumen sus esfuerzos a esta causa para conseguir “el reconocimiento para la ciudad y la repercusión positiva en todos los sectores y sobre todo, en el ámbito turístico” convirtiéndose en el mejor escaparate al mundo de “lo que somos , lo que representamos y el carácter de los habitantes de nuestra ciudad”, así  como para mostrar la hospitalidad, la generosidad , la cordialidad, en definitiva, la idiosincrasia de Ciudad Real.

Masías destacaba también en su discurso, la dificultad de los tiempos que nos ha tocado vivir por culpa de la incertidumbre. Y terminaba diciendo que  la Pandorga “nos hace iguales, una fiesta para niños, jóvenes, mayores, para todos los gustos, multicultural donde todos tenemos cabida en una ciudad que reconoce su pasado, vive su presente y mira a un futuro prometedor”.

Benito Puebla acogía el nombramiento con gran ilusión, ya que desde siempre tuvo la ilusión de ser Pandorgo, después del año y medio que hemos sufrido por culpa de la pandemia y que “nos ha apartado de abrazos, amigos y familia”. El Pandorgo añadía que gracias a que Ciudad Real está bajo el manto de la Virgen del Prado podemos recuperar la nueva normalidad, además este año “no solo vamos a dar gracias por los frutos recogidos en la cosecha, así como por otros motivos más, sino que por dejarnos volver a su casa y pedirle por aquellos que, en este año y medio, nos los han arrancado de nuestro lado”. Finalizaba su discurso diciendo que “damos entrada al resurgir de nuestra vida y de nuestras tradiciones y hoy toca cantar”.

Después del acto, se daba paso al tradicional desfile como ofrenda a la Virgen del Prado por los distintos grupos y asociaciones de la ciudad, para luego terminar con un acto folclórico en los jardines del Prado con la interpretación de bailes regionales.