Una decisión valiente y necesaria del gobierno de Pedro Sánchez

Necesaria y valiente y más en estos momentos en que el ambiente político no está para tomar decisiones difíciles que siempre se van a encontrar con una firme oposición y campañas demoledoras de los aparatos de propaganda, no son estos tiempos para respirar.

Castilla-La Mancha ha sido siempre una comunidad de gente trabajadora, recibimos el ejemplo de nuestros mayores de sol a sol con los olivos, las viñas, con los buenos trabajos artesanos. Trabajadora y tolerante. De otra manera no se explica que llevemos cuarenta y dos años permitiendo que se trasvase agua desde los embalses del Tajo, Entrepeñas y Buendía, regalando vida y un negocio muy rentable a Murcia, la Comunidad Valenciana y Almería.

Durante estos 42 años de trasvase lo menos importante ha sido el Tajo y Castilla-La Mancha. Los intereses de nuestra región no han existido a pesar de las protestas de los gobiernos socialistas de Bono, Barreda y Page y la traición de Cospedal. Todo lo contrario, los líderes del Partido Popular, con el apoyo de Cospedal, aprobaron un Memorándum que obligaba de por vida a realizar unos trasvases, absolutamente incompatibles con la vida del río más importante de España. 

Durante esos 42 años, el agua del Tajo se fue deteriorando, se prohibieron los baños de los toledanos en el río porque el agua estaba sucia y muy contaminada, una alcantarilla al cielo abierta, muchas veces vimos espumas mientras el agua limpia se marchaba también a cielo abierto para regar la agricultura intensiva de Murcia y para el abastecimiento de dos millones y medio de personas que se incrementan notablemente cuando llega el turismo de verano a Murcia y Alicante. 

Mientras, en Castilla-La Mancha, pueblos cercanos a las tuberías debían abastecerse con cisternas, vimos temblar humedales como las Tablas de Daimiel, morir los resistentes olivos en tiempos de sequía y cercenarse las posibilidades de negocio agrícola y también turístico de los municipios ribereños que un día disfrutaron del llamado Mar de Castilla.

La tolerancia de los castellano-manchegos ha sido tan infinita como intolerables las presiones de los regantes murcianos que no van a cesar aunque cuenten con las desaladoras que nosotros no tenemos. Es lógico y respetable que quieran mantener su rentable negocio pero no a costa de los castellano-manchegos, no a costa del Tajo.

Y menos ahora con el cambio climático cuando todas las previsiones apuntan a que el agua se va a convertir en el bien más preciado de la Naturaleza.

Aunque se echa de menos una mención explícita a los embalses de Entrepeñas y Buendía, por primera vez en la historia, el Gobierno del Estado fijará un caudal ecológico en la cuenca del Tajo, lo que influirá en la cantidad de agua que se podrá trasvasar desde la cabecera a la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía.

Es la primera buena noticia para el Tajo y para Castilla-La Mancha en este aspecto desde hace más de cuarenta años. La primera vez que un gobierno “se atreve” a proteger al Tajo frente a intereses espurios, la primera vez que se legisla para que el río mas importante de España siga con vida.

elObservadorDCLM