El caso Osaka

La tenista japonesa Naomi Osaka, número dos del mundo y vencedora de cuatro títulos Grand Slam, se ha enfrentado a serios problemas debido a su decisión de no acudir a la rueda de prensa posterior a su primer partido que ganó contra la tenista rumana Patricia María Tig. Osaka lleva tiempo diciendo que no le gusta hablar ante los medios de comunicación durante sus partidos porque pueden deslizarse malentendidos que afecten a su concentración: "A menudo nos hacen las mismas preguntas una y otra vez, o preguntas que siembran dudas en nuestras mentes y, simplemente, no voy a enfrentarme a personas que dudan de mí". Osaka añadió que no le importaría hablar al final del torneo ya que los Grand Slam son muy intensos y no quiere que situaciones externas influyan en su rendimiento.

La tenista japonesa dijo también que no pretende herir a los periodistas que siempre ha sido amables con ella pero añadió que “hablar en público le produce ansiedad”, un trastorno reconocido por la Organización Mundial de la Salud.

La respuesta de los organizadores de Roland Garros fue imponerle una multa de 15.000 euros y amenazarla con la expulsión de futuros torneos.

Y la decisión de la japonesa ha sido abandonar el torneo y, temporalmente, el tenis.

El asunto está abierto a opiniones diversas sobre el espectáculo y el deporte, pero la primera sensación es apoyar la decisión de la tenista tanto de no hablar con la prensa si no quiere hacerlo porque le produce ansiedad y pierde la concentración, como por las amenazas y la multa de la organización. Seguramente muchas personas conocerán ahora a Osaka más por este suceso que por su tenis.

elObservadorDCLM