Una democracia pintoresca

Más que incompleta, es pintoresca por suavizar los términos y ajustarlos al Spain is different que nos caracterizaba cuando veíamos El verdugo o La escopeta nacional. Ahora muchos están enganchados a los Sálvame, La islas de las tentaciones o First Dates. Que nuestra creatividad pase por momentos mediocres es otra cuestión pero lo pintoresco y animado no nos lo quita nadie. Tenemos a la que fue primera, coronada y emérita autoridad del Estado tratando de regularizar sus diferentes situaciones pintorescas con la Hacienda, aquella que éramos todos y lo seguimos siendo. Tenemos a unos socios de gobierno que se han unido a la oposición para hacer la oposición al gobierno. Tenemos a una oposición que intenta salir del lío en el que se metió cuando trató de diversificar la derecha en su “España suma” para reunir, entre PP, Vox y Ciudadanos, los votos que el PP iba a perder tras la moción de censura, arrasado por su probada corrupción durante más de veinte años. El experimento funcionó en comunidades como Andalucía o Madrid pero ahora se ha vuelto en contra del PP cuando el caudillo Abascal ha llevado a Casado por el tortuoso camino de la radicalidad que ahora desemboca en un proyecto “moderado y centrado”. Podemos es la oposición al PSOE y el PP es la oposición a Vox. Los que acusaron al gobierno de filoetarras o terroristas, se atreven a pactar la renovación del consejo de RTVE y Vox canta en el Congreso “Que se besen, que se besen”, motivo por el cual, Casado acusa a Podemos de no seguir adelante con la renovación con Consejo General del Poder Judicial que es un mandato constitucional. La veleta-Cs ya no sabe dónde apuntar y finalmente se está cayendo del tejado.

Sería divertida nuestra España pintoresca si no fuera por un virus que mata a mucha gente y ha puesto patas arriba nuestra salud y nuestra economía. Su virulencia, su autenticidad, no ha servido en absoluto para sentar en la misma mesa a las conciencias pintorescas de nuestra democracia.

elObservadorDCLM