¿A quien le interesa el asesinato (político o público) de Pablo Iglesias?

Una de las primeras cuestiones que se plantea la policía ante la escena de un crimen es a quién interesaba más acabar con la vida del difunto. Pablo Iglesias es suficientemente listo e ilustrado para preguntarse y responderse a quién le interesa más el fracaso del Gobierno de coalición. Desde que Pedro Sánchez logró la investidura, el 7 de enero del año pasado y anunció la creación del gobierno con Podemos, se inició una de las más encarnizadas batallas para tumbarlo lo antes posible. Se atacó y se ataca sin descanso, día tras día, tanto a los líderes como al gobierno “social-comunista”; se lanzaron y se lanzan falsas noticias, se alentaron campañas, se acudió a los tribunales y no se dio tregua -todo lo contrario- con la llegada de la pandemia. La oposición y sus altavoces han utilizado y utilizan la gravísima crisis del coronavirus también como ariete contra el gobierno. Su única aportación y su pregunta es siempre: ¿De qué manera podemos utilizar esta desgracia sanitaria y económica en favor nuestro y en contra del Gobierno?

Pablo Iglesias ha vivido ataques personales en su casa, la explosión de casos como Dina o el de su “niñera” que cuando se aclaran y se desinflan por los tribunales o por los medios no brillan tanto en los titulares y las tertulias como cuando se lanzaron.

Pablo Iglesias debe comprender que no es el momento de potenciar un enfrentamiento interno en el gobierno de coalición porque eso es lo que más interesa a todos los que movilizan esas campañas contra él. Porque la opinión pública no entra a valorar en detalle el verdadero alcance de las campañas contra Sánchez o contra Iglesias pero llueve sobre mojado y empaña definitivamente la imagen de un líder que se enfrenta contra los miembros de su propio gobierno. Eso sí importa y se añade a la mala imagen que sobre Iglesias se ha potenciado durante más de un año.

Quiere esto decir que muchos socialistas de a pie empiezan a estar hartos del populismo de Iglesias y que la derecha está más que encantada con la idea de dejar solos a los líderes del gobierno de coalición para que se despedacen entre ellos.

Podemos debe pasar el sarampión de pretender alcanzar el cielo a dentelladas y contentarse con el posibilismo de estar en la tierra y conseguir sus objetivos sociales poco a poco y sin alaracas, algo con lo que el PSOE lleva lidiando ya muchos años. Paso a paso y no a golpe de populismo se pueden ir logrando avances en igualdad, solidaridad y justicia sin buscar el protagonismo ni dejar claro cada día que están en el gobierno pero también están contra el gobierno, un juego que hasta estéticamente parece muy feo.

elObservadorDCLM