Adoctrinadores

Uno de los argumentos esgrimidos contra la Ley Celaá por los representantes de la enseñanza concertada es que no quieren que el Estado adoctrine a sus hijos.

Curiosamente, el 60% de los centros concertados pertenecen a la iglesia, y esto sin contar a la ‘nueva concertada’, controlada mayoritariamente por colectivos ultracatólicos, cuando no sectas, enmascarados como fundaciones. Solo una pequeña parte está gestionada por cooperativas de profesores.

A estos centros les pagamos el profesorado, también el de refuerzo, los gastos de administración, gestión y mantenimiento de instalaciones. Y lo hacemos con tal generosidad que en los gobiernos de M. Rajoy, entre 2011 y 2018, la aportación a la pública solo creció el 1’4%, con años de decrecimiento (2014), mientras las de la concertada crecían un 25%.

Estos centros, de por si excluyentes por el precio de sus matrículas y su localización, cobran cuotas a las familias por las actividades extraescolares. Las llaman ‘donaciones voluntarias’ pero el alumno que no las paga no puede asistir a las actividades extraescolares. Lo cierto, es que además de lucrarse con ellas, son una barrera infranqueable para las familias con rentas bajas, especialmente familias inmigrantes, que en un 90% de los casos matriculan a sus hijos en la enseñanza pública.

Los que acusan a los demás de adoctrinadores mantienen prácticas religiosas en los centros escolares, que aumentan exponencialmente en fechas señaladas, utilizan la asignatura de religión como ariete contra la ciencia, imparten una visión ultraconservadora de la historia y cuestionan las leyes que nos igualan en derechos. No tienen reparos en extralimitarse y hacer proselitismo político a favor del PP y Vox.

En el caso concreto de la Ley Celaá, han reunido a todo el alumnado y los han adoctrinado con falsedades sobre cómo afectará la Ley a su centro escolar. Lo han hecho aula por aula y curso por curso. También han reunido a las familias con el mismo fin. Incluso han utilizado a los niños y niñas en las movilizaciones convocadas contra la Ley.

Llevan dos mil años imponiendo su doctrina y acusando a los demás de adoctrinadores.

ElObservadorDCLM