31 de mayo, DÍA DE CLM: "Los ángeles de las batas blancas, azules o verdes"

Siempre hay héroes en nuestras vidas, con capas o sin ellas, hombres o mujeres, viejos o jóvenes, cercanos o lejanos, pero siempre dispuestos a dar su vida por salvar otras vidas. La sociedad les ha llamado héroes los últimos días, pero ellos prefieren llamarse sanitarios. Dicen no hacer heroicidades, sino cumplir con sus obligaciones, pero lo cierto es que sus obligaciones tienen mucha responsabilidad, tanta como lo es la vida de las personas.

Ha sido un gran esfuerzo el realizado en estos días por nuestros sanitarios, para ganarle el pulso a esta batalla con miles de pacientes, que acudían en manada a las puertas de urgencias, donde desgraciada e irremediablemente se quedaron los últimos alientos de algunos ciudadanos.

Profesionales con heridas en la cara por mantener perfectamente colocados durante demasiadas horas los equipos de protección; renunciando a ver a sus familiares para evitar contagios. Sin poder recibir abrazos de gracias, ni caricias de consuelo cuando en algún caso se perdió la batalla contra la muerte. Jornadas infinitas, guantes, batas, mascarillas... miedo... horror;  pero también alegrías por las altas, por los retos conseguidos, por las vidas recuperadas.

Nuestros sanitarios, han sabido luchar contra los molinos que el destino puso en su camino, aún a costa de su propia salud, auxiliados por sus escuderos y caminando a veces "a la grupa de rocinante" pero nunca "cansados de batallar".

Han sido más de tres mil los sanitarios contagiados en nuestra tierra. Algunos aún en cuarentena, y muchos ya recuperados, con la esperanza de volver a su cuartel general tan pronto como la posibilidad de contagio les abandone y abra la puerta a su confinamiento. Todos volverán... menos 6.

Vaya el recuerdo y el homenaje a los seis valientes que perdieron la vida luchando contra el virus, en estos aciagos días que nos ha tocado vivir. Vaya un aplauso eterno para Julián, experto en Salud Laboral de Albacete. Sara en Mota del Cuervo, José Ramón en Cuenca y Carlos Aragón en Yepes, todos ellos médicos de familia, como médico era Carlos Torres de Toledo y la auxiliar de enfermería de Ciudad Real,  Pilar.

Los aplausos se fueron acallando de forma inversamente proporcional al recuerdo que dejaron sus batas, hoy colgadas tras de la puerta, a la espera de un regreso que nunca llegará, porque Carlos Aragón, Julián, Sara, José Ramón, Pilar y Carlos Torres, dejaron su vida en la más dura batalla que esta tierra ha vivido en los últimos años.

Gracias a todos los sanitarios de CLM; y de una forma muy especial a estos seis valientes, que han escrito una página indeleble en la historia de nuestra tierra, una página que no conseguirán emborronar las  voces discordantes de las 9.00 de la noche ni los ruidos ensordecedores de cacerolas; hechos que ponen en riesgo el trabajo realizado por nuestros héroes de la sanidad.  

P. Moratilla