Y Torquemada se quejó de la censura

Torquemada tenía en el punto de mira a los judíos y moriscos conversos, en realidad le interesaban más sus bienes que su fe, a brujas y hechiceras, por ser mujeres libres, y a cuantos cometieran alguno de la larguísima lista de pecados que a la Santa Inquisición le permitía encarcelarte, flagelarte, desterrarte o disponer de tu vida a su libre albedrio. Nada se podía decir o pensar que ofendiera a la Inquisición.

Nada se puede decir o pensar que ofenda a los nuevos inquisidores que, como buenos católicos, son uno y trino, un solo dios en tres personas distintas, (VOX, Hazte Oir y Asociación de Abogados Cristianos) y tienen detrás a los ultrafascistas teocons mejicanos de El Yunque. Desde cualquiera de sus plataformas, los torquemadas de nuestros días buscan censurar cualquier opinión o actividad que les desagrade utilizando para ello cualquier medio a su alcance.

Abogados Cristianos se dedica a repartir querellas por ofensa a los sentimientos religiosos o incitar al odio contra los cristianos, teniendo entre sus víctimas a Femen, Willy Toledo, Abel Azcona, Dolors Miquel, Ada Colau, Drag Sethlas, CGT, el exrector de la Universidad Complutense y el Museo Reina Sofía. También se han querellado contra la ministra Isabel Celaá y varias directoras de colegios por aplicar la Ley al Pin Parental de Vox, o contra clínicas de planificación familiar. Cuando no tienen titiriteros, feministas o peligrosos izquierdistas contra los que querellarse llevan al juzgado a personajes mediáticos como Arcadi Espada o Ignacio Aguado, para matar el gusanillo.

La otra pata, Hazte Oir, combina la querella con la presión y el boicot, sin desdeñar la desacreditación pública para influir a favor de sus candidatos (autobús criticando a Sáenz de Santamaría para apoyar a Casado). En 2010 se querellaron contra el cantautor Javier Krahe y en 2011 contra el cómico Leo Bassi y el rector de la Universidad de Valladolid por ofensas a la religión católica. En los ratos libres se dedican a orquestar campañas de boicot a empresas y marcas que utilizan publicidad para los colectivos homosexuales (Coca Cola, El Corte Inglés, VIPS, Frigo e incluyeron a la serie infantil ‘Cleo’ de TVE, porque se besaban dos niñas), y cuando la presión mediática es insuficiente recurren directamente a la movilización presencial, como hicieron contra la perfomance de Abel Azcona o la revista Mongolia.

Y al frente de ambas patas está la cabeza visible, VOX, que denuncia ser censurado al tiempo que tiene vetada la asistencia a sus actos y ruedas de prensa a buena parte de los medios de comunicación: El Español, Público, eldiario.es, La Marea, El Plural, Todo es Mentira (cuatro), El País, El Intermedio (La Sexta), Infolibre y CTXT.

Lo más hilarante es que su líder, Santiago Abascal, ha pedido responsabilidades en sede parlamentaria al Gobierno porque el ministro Alberto Garzón recomendó la película ‘La Vida de Brian’, programada por TVE, o dice ser censurado mientras tiene el uso de la palabra. Una locura.

Abascal y VOX son un clon del Torquemada de antaño. Cualquier idea que discrepe de ellos es susceptible de ser prohibida, cualquier orientación sexual que se salga de la norma católica es susceptible de ser considerada enfermedad, cualquier medio que informe libremente sobre ellos es susceptible de ser vetado.

elObservadorDCLM