16.12.2021 00:03h.

Educación Integral

Por Julio García-casarrubios Sainz

Valdepeñas, 15 de diciembre de 2021



No me digan pesado, aunque lo sea. Cuando hablamos de sistemas educativos, lo primero que debemos establecer, de forma muy clara, son las diferencias entre enseñanzas voluntarias y obligatorias. Lo he dicho muchas veces, y lo seguiré diciendo. El que decide voluntariamente estudiar bachiller va con la intención de prepararse para entrar en la Universidad. Por tanto habrá que comprobar mediante pruebas adecuas si ese alumno está respondiendo. Enseñanza voluntaria.

Si un alumno está estudiando porque quiere ser médico tendrá que someterse a las pruebas que muestren una preparación adecuada para ejercer la profesión. Debe tener exámenes y calificaciones, porque es voluntario. Pero, ¿cuál es el objetivo de un alumno de Primaria o de la Enseñanza Secundaria Obligatoria? ¿Para qué se está preparando? Se está preparando para integrarse en la sociedad. Debe aprender los valores para convivir en libertad y tolerancia.

Una preparación imprescindible para cualquier persona, sea cual sea su estado, su profesión, o su nivel económico. Y lo hacen por obligación; porque es una necesidad para cualquier ciudadano. Es justo el reconocimiento a muchos maestros que lo han venido entendiendo así durante su vida laboral. Pero no es un tema que podamos dejarlo a expensas de la buena voluntad. El Estado como principal responsable de la colectividad debe marcar las pautas regladas en el marco de un sistema educativo, y preparar a los profesionales para que así lo desempeñen. No se trata de imponer una determinada ideología. Al revés: la pretenden imponer los que se oponen.


Julio García-Casarrubios Sainz
Valdepeñas. Ciudad-Real


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