30.11.2017 19:10h.

Brecha Peligrosa

Por Julio García-casarrubios Sainz

Lo más preocupante cuando estudiamos los informes sobre el gasto por familia en Educación, es que en los últimos años ha aumentado de una forma alarmante; y lo que es peor aún: que la brecha entre las familias que dedican más o menos dinero a la Educación ha aumentado en el mismo periodo. Esto es lógico. Las familias con más ingresos están en mejores condiciones de afrontar el reto actual de dedicar más dinero a la Educación. Por el contrario las familias que, por unas razones u otras han recibido menos ingresos, no tienen otro remedio que escatimar en la formación de sus hijos. A veces tienen hasta que renunciar a otros estudios.

Esto es un fenómeno muy grave porque aumenta la desigualdad. Nos hemos cargado el principio de igualdad de oportunidades, que en un tema tan delicado como el derecho a la Educación, es fundamental en una sociedad avanzada. La estrategia, no confesable, de organizar la enseñanza con el pretexto de seleccionar al alumnado, ha resultado demoledor para las aspiraciones de algunas familias, que con sobrevivir tienen bastante.

Como se soluciona esta brecha. No tiene más que una salida. Y no es una idea sacada de la chistera como algo original. Es la salida que le han dado la mayoría, por no decir todos los países más avanzados. Se trata de que el Sistema Educativo pivote sobre una enseñanza pública de calidad. Si nosotros hacemos una lista de países de nuestro entorno, ordenados por su desarrollo económico, por su calidad de vida, por un estado de bienestar más avanzado, veremos con toda claridad que coincide exactamente con los países que más invertido en una enseñanza pública de calidad.

En España, a lo largo de estos últimos años, la tendencia se ha ido invirtiendo en sentido contrario. Es verdad que todavía el mayor gasto en Educación en España sale de las arcas públicas. Pero resulta preocupante que el gasto de las familias vaya en aumento y el gasto público haya disminuido. Según datos de la OCDE, el gasto de las familias españolas en Educación, como término medio es del 0,5 % de nuestro PIB; mientras que en Europa esa media es del 0,3 %. Parece pequeña la diferencia, pero si las traducimos a gasto real nos encontraríamos con cantidades muy grandes. Hay que partir de la base de que el 1 % de nuestro PIB son casi 11.200 millones de euros; luego esa diferencia es de casi 2.300 millones de euros.

Por el contrario, el gasto en Educación, procedente del sector público es claramente inferior. Mientras la media en Europa es del 4,9 % del PIB en España baja al 3,8. Es decir que España se gasta en Educación Pública unos 12.000 millones de euros menos que la media Europea.


Julio García-Casarrubios Sainz
Valdepeñas. Ciudad-Real

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