El tiempo me adelanta

"Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad en su especie" (Don Quijote de la Mancha)


Otra vez se me ha adelantado el tiempo. Comprendo lo que eso significa, el trabajo abrumador que me supondrá alcanzarlo y recuperarlo, mucho más sobrepasarlo. Lo peor es que si no lo intento pronto se escapará cada vez más rápido y resultara ya imposible siquiera acercarme. Me dispongo a la tarea consciente de los riesgos, en particular la rebelión de los objetos que también conozco como ellos saben, me estudian, me siguen de cerca y cuando uno de sus oteadores da la voz de alarma se disponen a esquivar, mis manos se tornan imprecisas. Llevo peor la doble visión, el plano donde se sitúa mi realidad retrasada y la mirada del tiempo que se aleja. De pronto entiendo aquel sueño recurrente, intentaba correr más rápido pero cada vez iba más lento, pegado al asfalto. Y nada de lo que hago me resulta placentero porque estoy en otra parte sin lavar los cacharros para lavar los cacharros.

Kimi