Julio, que te jodan

Julio se compró unos pantalones de cuadros, estrechos por abajo como él los quería. La tela era de algodón y viscosa que es su composición favorita porque los de lana y poliéster le pican. A veces se los lleva porque no tiene más remedio y luego no se los pone más que una vez, los deja colgando en el armario sin arrugas, siempre bien planchados, pero ahí se quedan. Luego, cuando pasa un tiempo, Julio se deshace de ellos ya que sigue ordenadamente la norma de no guardar nada que no haya utilizado a lo largo de un año. La mujer de Julio, se llama Julia, eso ya lo festejaron ellos en su momento. Llegó a casa y le dijo de pronto que como acababa de cumplirse un año desde la última vez que hicieron el amor pues que quería separarse de él. No jodas, respondió Julio secamente. No jodo, eso es lo que pasa y sigo tus normas: un año sin uso, al contenedor. Pero...vamos a hacerlo ahora mismo, he quedado con mis amigos para ver el partido pero si es por eso, lo hacemos y ya tenemos otro año por delante. Julio, que te jodan. Julia se fue de casa y durmió esa noche con Mario, aunque lo de dormir es un decir porque estaban en la primera fase y se reían mucho entre tanta fiesta. 

Rosi