No Educación para Ciudadanía; sí Educación en Defensa

La ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, ha comparecido en el Senado para explicar el acuerdo al que ha llegado con el ministerio de Educación, para incorporar a los niños la "Educación en la Defensa". Tal vez la presidenta del PP se equivocó de ministerio o puede que su carácter hegemónico la haya traicionado, saliendo del espectro de la Defensa Nacional para hacer pequeños militares en las escuelas a los que hay que explicar que la inmigración es un riesgo o más exactamente y según sus propias palabras “los flujos migratorios se han transformado en un fenómeno con implicaciones para la política de seguridad".

Es fácil que "casi" todo un país sienta vergüenza ajena de escuchar tamaña atrocidad, pero aún da más vergüenza la obligatoriedad de enseñar a niños de entre 6 y 12 años el pasodoble "La Banderita", que algunos pueden conocerlo por el cariño a sus abuelos, pero no por imperativo educacional. 

El Ministerio de Defensa no tiene el protagonismo que la ministra pensaba. No crea clamor de multitudes como Sanidad, Educación o Cultura y por ello hay que dotar a la Defensa de más protagonismo popular. Por ello, ha tenido la lúcida idea de crear un temario del que la propia ministra afirma “a lo largo de diez unidades didácticas se enseña a los más jóvenes cuestiones tales como nuestros principios democráticos, los símbolos nacionales, como la protección de las libertades públicas, o cómo son nuestras fuerzas armadas que no molesta saberlo”. 

Es cierto, no molesta saberlo porque "el saber no ocupa lugar", pero los más jóvenes tienen suficiente con sus matemáticas, geografía, lengua o ciencias, e incluso y según opción Religión o Educación para la Ciudadanía. Explicar a un niño de entre 6 y 12 años la Teoría del Estado es complicarle la vida de una manera tan espectacular como esperpéntica, que ya tendrán tiempo de entrar en el mundo de la opinión bien formada, pero para ello necesitan formarla y desde luego no formarla al antojo de la Ministra de Defensa.

Hay que tener "algo" para semejante planteamiento, tan disparatada realidad o tan excéntrico capricho.  Algo así solo podría ocurrírsele a la presidenta del PP de Castilla-La Mancha, diputada por Toledo y ministra de Defensa.

Dclm.es