El agua es de quien la tiene / Paloma Moratilla

Son más las personas que llenan las convocatorias de pedir para sí mismos, que las que se organizan para defender lo colectivo. Tal vez la mente humana es así por naturaleza, y siempre hay más "pedigüeños" que "reivindicativos", o tal vez es que esto último cuesta más trabajo porque actuar en equipo siempre requiere una buena dosis de empatía. Debe ser por tanto esta la razón por la que se escucha más a los regantes murcianos que piden agua para sus negocios que a los ciudadanos castellano-manchegos que están dejando sin patrimonio natural.  

Leer las noticias del agua en levante siempre es un ejercicio que escuece en lo más profundo de quienes conocen los espacios naturales de Castilla-La Mancha, pero como las excepciones confirman la regla, siempre existen las sorpresas de algunos murcianos cansados con tanta petición de agua. Este viernes se puede leer en la prensa murciana un artículo de alguien que conoce bien su tierra, que dice no aguantar más que se culpabilice de la crisis a la falta de agua, a la sequía o a la insolidaridad de otras regiones  que "por lo visto nos deben el agua que les sobra", y analizando las peticiones de los regantes concluye con un irónico "solidarízate y dame tu agua que después por cierto me servirá para generar valor en forma de productos agrícolas y ganar una pasta al venderlos". 

Es sorprendente escuchar esto a un murciano que además está convencido de que el trasvase volvió rico a más de un poseedor de tierras de "secano" que la ingeniería hidráulica y Joaquín Garrigues transformaron en feroces y productivos regadíos y que a su vez y pasado un tiempo fueron transformados en campos de golf y su respectiva urbanización, dando lugar así a girilandia. 

Hoy mismo, por cierto, leíamos en las noticias murcianas que la Costa Blanca junto con Murcia son las que más crecieron en el turismo de "sol y playa" en 2017. 

Siguiendo con nuestro articulista murciano, no tiene pelos en la lengua, se atreve a decir lo que todos pensamos y ninguno escribimos, y es que el agua es para quien la tiene por la más básica de las razones, como que llueve en esa zona o porque tienen derechos establecidos para su uso y disfrute. Algo que llegará seguramente al corazón a los pueblos ribereños de la cuenca del Tajo, acostumbrados durante siglos al ruido del agua, ese mismo que hoy lamentablemente echan de menos. 

Por eso generalizar nunca es bueno porque, dentro de esas aparentes mayorías, siempre hay alguien disconforme con lo que en su nombre se está haciendo. El ejemplo más claro y reciente ha sido Cataluña, pero es que en Murcia también hay gente que se muestra disconforme con las pretendidas soluciones de sus regantes, amparados por el Gobierno de Mariano Rajoy. Tan contundentemente contrarios como para pedirles que dejen de comportarse como víctimas inocentes de tremendas injusticias sociales y políticas, y sugerirles que se comporten como empresarios con ánimo de lucro, que realmente es lo que son o deberían ser si tuvieran más iniciativa para ganar o más dignidad para perder.

La excepción, una vez más, confirma la regla y hoy los castellano-manchegos podemos sentirnos identificados con la prensa murciana. 

Paloma Moratilla