La razón y los monstruos

Además de su obra, Goya nos dejó una frase en uno de los grabados de sus Caprichos, que al menos excita la curiosidad: “El sueño de la razón produce monstruos”. ¿Es posible que la razón sueñe? ¿No son la lógica estricta y sus conclusiones los principales pilares del racionalismo frente a los fantásticos mundos de la fe o de lo irracional e incluso del empirismo basado en la experiencia?

Estos días y otros anteriores nos han brindado sin embargo una distorsión del discurso de la razón que realmente produce monstruos y no precisamente llegados del mundo de la mitología o la ficción. Son monstruos tanto o más reales que esos sueños de la razón, elucubraciones o manejos dialécticos que transforman el discurso en puro surrealismo y, sin embargo, están ahí a nuestro lado, en los titulares de los periódicos, monstruos que afectan ya a nuestras vidas como aquellas serpientes o hidras que se iban multiplicando cada vez que se cortaba una de sus cabezas.

¿No es un sueño de la razón que el gobierno del Estado le pregunte a Puigdemont si ha declarado o no la independencia de Cataluña? Y lo peor es que esa pregunta, la respuesta, la contra-respuesta, los comentarios y los análisis son ahora la realidad de cada día, con las distorsiones que introduce cada interesado en su discurso, con los apaños de las verdades para quitar la razón al otro o hacerle culpable de lo que se avecina. Es una guerra que genera monstruos y mucho nos tememos que esos engendros se conviertan pronto en una monstruosidad real mucho mayor.

elObservadorDCLM