Bolardos y Filibusteros: de Catón el Joven al Partido Popular de Castilla-La Mancha

Se llama filibusterismo político a la táctica de obstruccionismo que se emplea esencialmente en los parlamentos para retrasar o tratar de impedir acuerdos, en nuestro caso la aprobación de los Presupuestos Generales de la Región para este año.

No sabemos bien qué trata de conseguir el PP de Cospedal realizando todo tipo de tácticas mareantes (los primeros filibusteros eran piratas saqueadores) para intentar retrasar la aprobación de las cuentas públicas, ¿un día?, ¿dos? La verdad es que se ignora qué pretenden con su lamentable espectáculo al margen de aparecer en los papeles. Es lamentable porque su táctica no favorece a nadie, todo lo contrario, perjudica gravemente a muchos ciudadanos de nuestra tierra. El PP de Castilla-La Mancha se dedica a poner todos los bolardos posibles a la entrada de las reuniones de las Comisiones Parlamentarias para impedir que salgan adelante nuestras cuentas. Algo inaudito porque, como ha dicho una diputada socialista, el presupuesto va a permitir, entre otras muchas cosas, que los mayores de 55 años se puedan acoger a un complemento de renta; que los enfermos de cáncer de colon puedan beneficiarse de un programa de prevención más ambicioso; que se inicien las obras de 8 centros de salud nuevos y se continúe con las obras de los hospitales; que se construyan nuevos centros educativos y se puedan retirar los barracones que Cospedal instaló nuestra región. Puede que a los filibusteros les encanten los barracones.

CATÓN EL JOVEN Y TED CRUZ

Estas maniobras obstruccionistas no son nuevas en la historia. Se cuenta que, en la antigua Roma, Catón el Joven era capaz de hablar durante días enteros para retrasar la puesta en marcha de iniciativas de su enemigo público, Julio César.

En nuestra historia más reciente es conocido el caso del senador estadounidense Ted Cruz, miembro del sector más conservador del Tea Party, quien estuvo hablando durante 22 horas para retrasar lo más posible la votación sobre la reforma sanitaria de Obama. Un senador de EEUU puede hablar todo lo que quiera siempre que permanezca de pie y no abandone el estrado por ninguna circunstancia, ni siquiera para ir al baño. A pesar de su perorata e igual que pasará con nuestros presupuestos, el Obamacare vio la luz pero muchos alertaron de que lo que realmente pretendía Cruz era hacerse un hueco en las noticias como trampolín a su futura carrera hacia la Casa Blanca (¿Robisco, Guarinos, Cañizares, Tirado, Riolobos, etc.?) El caso es que para alargar su discurso, el miembro del Tea Party, llegó a leer un cuento a sus hijos y les recordó que debían lavarse los dientes, abrazar fuerte a su mamá y que se fueran a la cama tras rezar sus oraciones.

Este caso de Ted Cruz se comentó mucho en EEUU como un intento de filibusterismo que muchos consideraron contraproducente y condenado al fracaso.

Sin embargo, el record absoluto no lo tienen Lorenzo Robisco y Cia. En 1957, otro senador estadounidense, Strom Thurmond, habló sin parar 24 horas y 18 minutos. Sus propios compañeros abandonaron la sala.

FIDEL CASTRO Y HUGO CHÁVEZ

Fidel Castro llegó a hablar durante 7 horas y 15 minutos en Cuba, en 1998 y pronunció el discurso más largo en la ONU, 4 horas y 29 minutos.

Y ya que tanto les gusta a los peperos de Cospedal referirse a Venezuela, Hugo Chávez habló durante 1.600 horas en el programa de televisión “Aló Presidente” entre los años 1999 y 2012.

Otro caso curioso fue el de Krishna Menon, elegido por Time como el segundo indio más importante del mundo. Habló durante ocho horas en la ONU y tuvo que ser hospitalizado por sufrir un colapso. Cuando se recuperó volvió al estrado para finalizar su intervención.

Los senadores de EEUU no se cortan a la hora de reconocer que se trata de la conocida táctica del filibusterismo. Otro senador, Rand Paul, habló durante 12 horas hasta que tuvo que abandonar el estrado camino del aseo: “He descubierto –dijo- que hay algunos límites al filibusterismo y voy a tener que encargarme de uno de ellos en unos minutos”, finalizó. Durante su intervención, Paul mezcló conceptos y habló de “Alicia en el país de las maravillas” y de Jane Fonda. Muchos de sus propios compañeros de filas se reafirmaron en la idea de que el filibusterismo es contraproducente.

El caso es que, entre bolardos y filibusteros, el PP de Cospedal se ha empeñado en utilizar todas las argucias posibles para retrasar uno o dos días la aprobación prevista de los Presupuestos, tras el acuerdo entre PSOE y Podemos. Ellos sabrán de qué sirve tanto vano esfuerzo y tanto gasto en las Cortes que, claro, sufrimos los contribuyentes.

elObservadorDCLM