Dos condenas por prevaricación en menos de 14 meses para el juez Fernando Presencia

Parece que a un juez lo que le gusta es pasar a la historia por la jurisprudencia personal que va dejando con sus sentencias, en las que se podrán apoyar los estudiantes de la judicatura, o del derecho en general, para aprender a razonar con criterio de imparcialidad las resoluciones firmadas. 

Un digno ejemplo de juez famoso por sus sentencias es el juez de menores Emilio Calatayud, elaboradas con maestría y originalidad para dotar de contenido real la tan traída y llevada reinserción social.

Sin embargo, ser un juez famoso por amontonar (no dictar) dos sentencias condenatorias por prevaricación en menos de 14 meses, con una inhabilitación de 10 años aparejada a ellas, y dictadas por el Tribunal Supremo, ya deja de tener gracia y más bien se convierte en una pesadilla para los ciudadanos. Lo decimos por el titular aparecido hoy en los medios "El Tribunal Supremo confirma la inhabilitación del juez Fernando Presencia a 10 años por prevaricación". 

El mencionado juez lo era del Juzgado Mercantil número 2 de Valencia cuando fue condenado a 1 año de traslado forzoso y el pago de 3.000 euros tras "haber favorecido a un amigo" por  impartir  unos cursos de formación incompatibles con su función de juez. Por esta razón, actualmente se encontraba en Talavera de la Reina cuando, durante el mes de febrero, tuvo que detenerlo la policía nacional por no comparecer en el Juzgado del que es titular, tras ser llamado en tres ocasiones. La orden de arresto fue firmada por su sustituta. 

Y es que hubo un accidente en la ciudad: un conductor atropelló a un peatón dándose a la fuga, por tanto cometiendo claramente el delito de lesiones con omisión del deber de socorro. Existía un testigo que presenció el accidente, atendió al herido y llamó a la policía, pero nunca fue llamado a declarar. La razón: el juez que tramitaba la denuncia no realizó investigación alguna de los hechos. Cambió la calificación realizada por la instrucción (lesiones con omisión del deber de socorro) y se olvidó colocar argumentos jurídicos sustanciados e incluso en algún caso, incorporó falsas afirmaciones. De esta manera transformó el delito de lesiones con omisión del deber de socorro en una simple falta por imprudencia leve. El acusado parece ser que amigo personal del juez. El Juez, el mismo que fue desterrado de Valencia durante un año por prevaricación: Fernando Presencia. 

Visto así, parece que todo está muy claro pero se puede añadir que en mayo de este mismo año, justo el día antes del inicio del juicio del que hoy conocemos la sentencia, el periódico vozpopuli publicó un titular que decía: El calvario del juez Fernando Presencia: "extorsionado" por Manos Limpias y "acosado" por el CGPJ, probablemente para desviar la atención o justificar su comportamiento, porque todas las denuncias que ha interpuesto el juez hasta la fecha, han sido archivadas.

Una sugerencia: ¿Qué tal si le condenan a escribir a mano las sentencias del Juez Emilio Calatayud diez veces cada una, durante los diez años de condena de inhabilitación? Tal vez de esta manera consigamos su reinserción judicial. 

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