CARLOS ISERTE: La abstención de Pepe (Bono)

No, Bono, no. Con mi voto, no. Si de verdad no sois capaces de entender que entre los votantes socialistas la abstención sería considerada una traición, entonces, es que los “jarrones chinos” tenéis un espinoso problema identitario, además de incontinencia verbal. ¡Pero alma de cántaro!, ¿cómo el PSOE puede liderar una oposición de izquierdas si permite que el hombre que presumió de ser amigo de los pandilleros de las maras del billete de quinientos como Bárcenas, Rato, Camps, Rus, Matas, Granados, etc., etc., continúe en el poder?  ¿Y tú a esto le llamas estar a la altura de las circunstancias? ¿A la altura de quién, de Cospedal, de Fernández Díaz, de Montoro? Podemos tiene que estar encantado contigo y con tus circunstancias.

Yo no veo altura, y si miro sólo siento vértigo. Lo  único que veo en la abstención, sin más, gratis total, sin ni siquiera la cabeza de Rajoy y Cía., es el lado oscuro; un pozo sin fondo al que el PSOE puede precipitarse y diluirse en el recuerdo de la nostalgia. Porque no, Pepe, la nueva izquierda no pasa por hacerse de derechas nuevas. ¡Qué va! El PSOE sólo podrá volver a ilusionar cuando  haga política de izquierdas, o al menos socialdemócrata, como las aplicadas por Emiliano García-Page en Castilla La Mancha, que con sólo recuperar los destrozos causados por Cospedal durante el doloroso cuatrienio que nos presidió, ha ganado en un año gran credibilidad y aceptación que puede verse seriamente dañada por la inhibición que predicas.

No olvides, considerado presidente, que la izquierda española ha entrado en una atomización tal, que ahora el elector tiene en su mano varias opciones útiles para depositar su voto, mientras que la derecha mantiene su redil y un potente suelo electoral que puede subir considerablemente si el votante moderado percibe que, incluso, el PSOE bendice con su abstención las políticas económicas y sociales que tanto daño han causado en tu país; que tantas desigualdades han creado entre los que más y los que menos tienen.

Otra cosa sería (y tampoco), José Bono, si con esa abstención Ciudadanos y PSOE se unieran para llevar a cabo una férrea oposición, dejando a Rivera la parte de la corrupción y a Sánchez las políticas sociales. Entonces puede que en un año y medio o dos viéramos caer a Mariano Rajoy. Pero como eso no va a pasar porque los naranjas son más azules y de derechas que el distintivo del grifo del agua fría, el PSOE sólo tiene una salida: oponerse desde el minuto uno a que el marianismo siga sembrando el pánico entre los más necesitados.

Sólo así, junto a otras fuerzas de izquierdas, como bien ha aplicado en CLM el “código Emilianense”, el PSOE puede volver a pisar moqueta monclovita. Por eso, García-Page debe estar atento y orientar al partido a posiciones más regionalistas como tú hiciste en aquellos duros años en los que el PP de Molina a punto estuvo de “mojarte la oreja”. Por eso, Pepe Bono, me da mucha pena que veas en la abstención un Bálsamo de Fierabrás capaz de taponar la hemorragia electoral socialista, cuando en realidad tu propuesta abstencionista sólo puede provocar el desangrado total e irreversible de tu partido.

P.D. Y si son necesarias…no sólo tres, ¡cuatro! Pero nunca permitir por acción u omisión que Rajoy vuelva a las andadas.

Carlos Iserte