LUPE: El triunfo de la razón, la seriedad y el voto moderado

Hoy los ciudadanos han vuelto a demostrar raciocinio y perspectiva al entender lo necesario que ha sido durante estos años quitar las ayudas a las personas dependientes, aumentar el IVA en los productos de primera necesidad, subir la luz, el gas, las tasas judiciales, los peajes, reducir un 6% las prestaciones por desempleo, eliminar la ayuda económica a jóvenes parados, recortar un 25% en I+D, reducir los presupuestos para programas de investigación científica, recortar un 40% la partida de servicios sociales para ayuntamientos, un 7% para los proyectos de prevención de la violencia de género, un 30% el presupuesto en Cultura, un 60% el presupuesto para bibliotecas públicas, atrasar la edad de jubilación, eliminar los proyectos de cuidado medioambiental y recortar las ayudas a la promoción de las energías renovables.

Orgullosos de su seriedad y su moderación, los ciudadanos han transmitido que entienden que esos 456 medicamentos y vacunas se hayan retirado de la financiación pública. Entienden que no haya dinero para curar a esos enfermos de hepatitis. Hay que apretarse el cinturón, aunque no podamos vacunar a todos los niños. Entienden que se hayan cerrado hospitales y ambulatorios y que se haya recortado en el diagnóstico preventivo del cáncer de mama y los programas de prevención del VIH.

Que se haya reducido un 20% el gasto educativo. Que se reduzcan las becas mientras aumentan las tasas universitarias, y que se hayan recortado 175 millones de euros en el presupuesto de las universidades públicas de nuestro país, dado que al no tener ninguna entre las 100 mejores del mundo, no necesitamos mucho presupuesto para financiarlas.

Una vez más, España está a la altura de las circunstancias y demuestra entender que todo eso era necesario para cumplir con el déficit, incluso aunque en realidad luego el déficit fiscal aumentara y la deuda pública haya pasado en 4 años del 68% a superar el 100% del PIB el año pasado. Lo importante era intentarlo con seriedad, moderación y disciplina.

Se nota que hoy los ciudadanos españoles han votado con la cabeza. Han entendido la necesidad de que algunos de los jóvenes más formados de nuestro país hayan tenido que abandonarlo, y al querer votar para estas elecciones, hayan recibido papeletas defectuosas, en las que en algunos casos, no aparecía el nombre de todas las candidaturas. Por su bien, por supuesto. Como cuando cuando se promulgó la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana para poder prohibir manifestaciones y restringir la libertad de expresión. Los ciudadanos han comprendido que sólo así se puede mantener el orden y la ley de un país ejemplar desde un punto de vista democrático.

Los españoles han apostado por un país serio y disciplinado, en el que se puedan manipular los medios de comunicación sin miedo a las represalias de aquellos que sólo quieren moldear la opinión de la gente en beneficio de sus intereses populistas. Un país el que se pueda jugar sin miedo al Candy Crush en el congreso aunque cobres 7.500 € al mes, pues es de entender que todo el mundo necesita un descanso cuando, con el corazón en un puño, tiene que recortar los derechos sociales fundamentales de la gente para poder sacar el país a flote. Un país serio y disciplinado en el que puedan destruirse discos duros, papeles y grabaciones para que nadie pueda tergiversar la verdad ni lanzar acusaciones falsas.

Un país en el que las grandes fortunas puedan evadir impuestos y mantener su dinero en paraísos fiscales, promoviendo así la fluidez de los grandes empresarios para que puedan generar más empelo y así beneficiar a las clases más desfavorecidas. Un país en el que se pueda destituir libremente a los jueces que se atrevan a denunciar los delitos, siempre presuntos, de Blesa, Rato, Bárcenas y otros grandes patriotas de España.

La gente ha entendido cuál era el único voto que podía evitar que acabáramos como los venezolanos, algo muy probable dada la enorme semejanza económica y sociocultural que existe entre España y Venezuela. El voto al único partido que, a pesar de haber vendido al gobierno venezolano 2 millones de euros en cartuchos y botes lacrimógenos desde 2013, jamás cometería la imprudencia de cooperar con él. Y mucho menos yendo a sus universidades a dar conferencias o emprendiendo otras acciones de semejante radicalismo.

Hoy la gente de bien ha entendido la vital importancia de apoyar al gobierno que en 2015 batió el récord de venta de armamento a Arabia Saudi, uno de los países que más contribuyen a la financiación del Estado Islámico. Un gobierno serio y consecuente, el único que se ha mostrado claramente en contra de la lacra que supone el terrorismo del que otros partidos parecen ser cómplices.

Hoy se ha impuesto la razón porque los españoles, tras informarse, reflexionar y leerse el programa electoral de los distintos partidos políticos, han ido a las urnas. Pero no como los británicos, no… sino sabiendo lo que votaban. Y ojo, votando muy serios y muy moderados, como debe ser.

Los españoles hoy han vuelto a transmitir un mensaje, sí.

Que cada cual lo interprete.

LUPE