Cien días de oposición, el síndrome del victimismo y Cospedal al Congreso por Toledo

Cien días de oposición han caracterizado al Partido Popular de Castilla-La Mancha por una ausencia absoluta de autocrítica, en parte porque la primera consecuencia sería la dimisión de la propia Cospedal y de su equipo que fueron incapaces de conservar el gobierno durante más de cuatro años. Sin embargo, todos los analistas políticos aseguran que no le habría sido difícil estar ocho años e incluso más, con una mayor cercanía a los castellano-manchegos, una mayor dedicación a nuestra tierra y una mejor defensa de nuestros intereses. También ha faltado en Castilla-La Mancha algún líder del Partido Popular que se haya atrevido a cuestionar el resultado del doble sombrero de Cospedal, como presidenta de Castilla-La Mancha y como secretaria general de su partido, algo que sí ha sido muy criticado en Madrid, en la sede de Génova.

Por otra parte, en la forma de ser de Cospedal parece que no se contempla la posibilidad de admitir sus errores de estrategia o el incumplimiento de esas elementales normas de comportamiento de un presidente con su tierra. Y más en Castilla-La Mancha donde anteriores presidentes como Bono y Barreda se habían significado siempre por todo lo contrario: baño de multitudes y defensa férrea de los intereses de nuestra región.

"LA CULPA ES MÍA. Y SE LA ECHO A QUIEN YO QUIERA"

Elevando a la categoría paranoide la idea de culpar a los otros de sus propios errores, el Partido Popular ha culminado sus cien días de oposición organizando un ataque al nuevo gobierno que recuerda definiciones de victimismo en la línea psicoanalista de Freud: la estrategia de colocar fuera de sí la responsabilidad o los males que realmente les pertenecen. El asunto es grave en este caso ya que el Partido Popular se empeña en culpar al actual gobierno de los flagrantes incumplimientos del gobierno de Cospedal, algo que, según la psicología, suele conducir al conformismo, al resentimiento, la ira y la venganza. Cuidado. Son conocidas algunas frases al respecto como "La culpa es mía y se la echo a quien yo quiera" o "Un hombre puede equivocarse muchas veces pero no se convierte en un fracaso hasta que empiece a culpar a otros por sus propios errores".

En esta paradójica deformación de la realidad caben la mayoría de los asuntos que el PP ha utilizado, en ocasiones con elevada palabrería, para realizar su tarea de oposición en estos cien primeros días: acusan al gobierno actual de no resolver asuntos en sanidad, educación o servicios sociales, tres líneas rojas que Cospedal prometió no sobrepasar nunca y luego sobrepasó con creces. Pese a la pésima situación de las cuentas que ha dejado el anterior gobierno, el actual ha hecho ya todo lo posible para devolver al menos la errática dirección que llevaban estos tres pilares de la democracia social y el correcto uso de nuestros impuestos.

ELCOGAS, LA TV REGIONAL, ARTES ESCÉNICAS...

Pero no ha sido solo eso: el PP de Cospedal ha exigido, por ejemplo, a Page que resolviera el grave problema del cierre de la central de Elcogás en Puertollano cuando son perfectamente conscientes que el anterior gobierno no movió un solo dedo para solucionarlo. Saben además que la central la ha cerrado el ministro de Industria de Rajoy y saben que el gobierno de Castilla-La Mancha no podría nunca apoyarla económicamente, debido a la normativa comunitaria.

Otro caso similar es el trasvase del Tajo. El PP de Castilla-La Mancha aseguró que Cospedal había dejado resuelto el problema y lo que dejó fue el río más seco y esquilmado que nunca.

El colmo del comportamiento psicótico del PP puede comprobarse en otros asuntos como sus críticas a la independencia informativa de la Televisión Regional que, durante los cuatro años de gobierno de Cospedal, fue nominada como la mayor y más burda manipuladora de la realidad política de una Comunidad Autónoma. Precisamente, la actual dirección ha conseguido enderezar en estos cien días su misión como medio público y, lo que parecía más difícil, mejorar y mucho las audiencias de sus informativos que han pasado del pobre 14 al 22 por ciento.

Otro ejemplo de confusión puede comprobarse en la reciente polémica sobre el apoyo de la Junta actual al programa de Artes Escénicas. Ha quedado demostrado que Cospedal no dejó dinero en los presupuestos para pagar la parte del gobierno en los convenios con los Ayuntamientos. El PP de Cospedal salió en tromba para criticar a Page cuando anunció que no podría cumplir el programa y más cuando, al final, decidió seguir adelante con los convenios aplazando el pago para los presupuestos del próximo año.

Todo apunta en que el PP de Castilla-La Mancha seguirá con esta estrategia hasta que la memoria de los ciudadanos no alcance para dejar patente que nunca hicieron en el gobierno lo que ahora exigen desde la oposición. Por suerte y por si algún día padecemos del alzheimer, ahí están los videotecas, las sonotecas y las hemorotecas.

Dclm.es