Reprobaciones, el pesebre,Villa y corazones de lata

Vaya por delante mi explicación sobre este comentario que firmo en el digital que dirige mi amigo César Ortega. Lo hago como trabajador en excedencia de la radio y televisión pública de Castilla-La Mancha, como miembro del Consejo de Administración y como ciudadano que pretende estar informado de lo que pasa en su tierra.

A todos los castellano-manchegos, mis disculpas por la tropelía informativa que está cometiendo el director general de RTVCM, que sufro en mis carnes cuando ciudadanos y trabajadores se me dirigen recriminando que no hacemos nada -en referencia a los miembros del Consejo nombrados por el Psoe- por arreglar el “desaguisado informativo que perpetra diariamente don Ignacio Villa”, cito textualmente.

¡Ya me gustaría!, les contesto, pero la aritmética es implacable y la mayoría siempre lleva razón, aunque a veces sea una razón huérfana de razón. Les confieso que me avergüenza que la televisión autonómica sea mofa del resto de medios de comunicación nacionales, que un día sí y otro también se hacen eco de sus barbaridades..

Y para ilustrarles mi agobio, les refiero la última: comida en Madrid con importantes de la comunicación -léase las grandes cadenas y un político emergente-. Se hace un repaso al mundo audiovisual y de sopetón un director me espeta: “He estado unos días de vacaciones en tu tierra y se me cayeron los palos del sombrajo viendo los informativos de la autonómica”. ¿”Quién la dirige”?

No les miento el resto de la conversación porque fue cicuta la que tuve que beber. Me faltaba suelo para hacer el hoyo donde esconderme. Me sentía responsable y cualquier explicación que pudiera dar no haría si no agrandar la mala fama. Además, no podía acudir a la demagogia barata de echarle la culpa al otro. Ese argumento en las televisiones públicas es difícil de sostener.

Lo cierto es que se sumaron otras voces en la misma línea y salí de allí escaldado y con la sensación de tener parte alícuota de culpa en la manipulación.

Sigamos. Última reunión del Consejo, en la que por segunda vez se reprobó a un consejero de la oposición -la primera, para que estén informados, fue a mí por decirle a un locutor: “bienvenido al pesebre”. Este atribulado locutor calificaba de pesebre a la RTVCM cuando él trabajaba para un medio privado. No sé si pensará lo mismo ahora que vive del dinero público.

¿La causa de la reprobación? El consejero Regatero habló con los trabajadores y no pidió permiso a don Ignacio Villa. ¿No es para crucificar al consejero por hacerse eco de los problemas de la plantilla? Pues reprobación al canto y sapo que se tuvieron que tragar los consejeros del PP dos minutos antes de asistir a la reunión, que por lo escuchado, aquello no estaba previsto.

Y final. Aparte de la vergüenza que siento por la mofa que están haciendo de nuestra televisión autonómica en otros medios de comunicación, no me cabe en la cabeza que en plena navidad, el día de nochevieja, se haga viajar a una redactora de Albacete a Toledo para darle el despido. ¿Acaso en esos corazones de hojalata no cabe algo de humanidad?

Señora presidenta del Consejo de Administración, señora Benitez, sí es responsabilidad nuestra vigilar las relaciones laborales de esta empresa que se paga con dinero público. Y no le llame la atención mi vena sensiblera. Lo malo es no tenerla. Y van dos.

N.B.- En aquella comida, el político emergente preguntó a los dirigentes de las cadenas privadas: ¿Es posible hacer una televisión pública de calidad? La respuesta fue contundente: “Sí, siempre que los políticos no queráis manejarla”.
 

Miguel Nieto. Periodista y miembro del Consejo de Administración de RTVCM.