Me han dicho que dicen que has dicho

No creas amiguete -eso se lo digo a todos, que te conste-, que no soy yo de esos que se creen todo lo que dicen, ni mucho menos. Tan revuelto veo este Río que demasiados pescadores me huelo que van por ahí sin caña e intentando ganarse algún botín, por pequeño que éste sea, con tanto alboroto torrencial. Y tampoco es eso, tampoco es eso.

Es por ello que pongo mucho reparo y tamizo a base de bien cualquier información que me llega cuando adivino que podría estar manchada de intereses partidistas-pescaderos.

Pero ¡chico! es que lo que me han dicho que dicen que has dicho lo he contrastado en varios medios informativos, y todos- de una u otra forma- coinciden en tus bien o maledicencias; que no he vislumbrado ni con catalejo -último modelo de carrefur con incrustaciones de brillantes bisuteros- la más mínima sombra de ‘salida o sacada de contexto’ en tus manifiestos, vaya. 

Y no…va a ser que no. Es que no te puedes estar calladito más de un mes seguido porque se conoce que (jolines, cómo me gusta la frase “…se conoce que…”) si no revientas, machote. Y tampoco es eso; es más, ni es eso ni debe ser permitido. O sea que -¡ya ves!- aquí me tienes otra vez en plan ‘pepito grillo’ y mosca cojonera, de esas que me tienen hasta ahí y más arriba- o abajo, según se mire- cuando voy a leer a los quioscos de mi Parque.

            No tienes más cuajo que decir -otra más de tus lindezas- que “no se ha hecho mal uso de los datos sanitarios” cuando te refieres a la cacareada ocurrencia que tú, tus súbditos, algún que otro compi tuyo y sus súbditos, habéis tenido en filtrar -qué porras filtrar… soltar a las claras y por vía informática cuando no directamente- historias clínicas ‘personales’ y electrónicas de sufrientes de la comunidad autónoma que representas (y me gustaría pensar que en algo defiendes) hacia otras dependencias institucionalizadas, hospitalizantes y hasta hospitalarias (que no es lo mismo, textualmente), privadas o no -que me trae al pairo- con el fin de presumir de bajada en tiempo de listas de espera o de potenciar la privatización o de…¡yo qué sé cuántas cosas más se pueden sacar del el propio contexto sin salirte de él!

Que en boca cerrada no sólo no entran moscas, es que no es posible sacar las cosas de contexto, es más…ni hay contexto.

Y tú, hermoso, sigues diciendo y puntualizando que solo se facilitan "los datos precisos" tras firmar un convenio "que soporta esa cesión para atender a esos pacientes" (esto es ‘sic’, que te conste).

Y de este modo has felicitado a la gerencia del Área Integrada de Salud de Cuenca por su gestión en relación a la cesión de datos de pacientes a entidades privadas, criticada por el PSOE, por el Otro y por el de la Moto.

¿Es cierto que la has felicitado por reconocer y paliar rápidamente su error en filtrar esas historias electrónicas? Porque de ser así, si descubren la prima lejana de la penicilina -por poner un ejemplo- ¿les haces una estatua con placa conmemorativa? Pero hombre, si era su obligación…

Una historia clínica es un documento privado y privativo de personal competente y comprometido con su juramento de secreto profesional (no todos los profesionales están sujetos al mismo, como bien debes saber) y que ni puede ni debe ser visto y aireado por cualquier persona ajena al mismo, y tú debes saberlo. No se puede ir transmitiendo datos personales al buen tuntún, porque puede ser visualizado por personas que no están sujetas al sacrosanto “secreto profesional” y cascarlos (los datos, digo) a la primera comadre o compadre que se tercie, hombre. Y me da igual que tal compadreo pertenezca a instituciones públicas o privadas.

¿A ti te gustaría, por poner algún ejemplo, que se aventase (a los cuatro vientos) que eres o has sido sospechoso de tener el sida, o el ébola o un resfriado común acompañado de profusa diarrea, sin ir más lejos?

Para mí que no ¿verdad? Pues a nosotros tampoco, al menos al que está escribiendo y su grey.

No, no puedes ni debes hacer de un juramento un documento susceptible de ser conocido por gente que no tiene el por qué saberlo.

Muy mal otra vez, consejero. Cateado en septiembre también, al menos por mí parte.

Francisco R. Breijo-Márquez